La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) urgió a las potencias atómicas, al recibir hoy el Nobel de la Paz, a unirse al tratado de prohibición de esos arsenales para acabar con la "amenaza" sobre la humanidad.
"Representamos la única elección racional, representamos a los que rehúsan aceptar las armas nucleares como un elemento del mundo. La nuestra es la única realidad posible, la alternativa es impensable", dijo su directora ejecutiva, Beatrice Fihn.
Fihn había recogido minutos antes el diploma y la medalla del Nobel de la Paz junto a Setsuko Thurlow, superviviente de la bomba atómica lanzada en 1945 por EE.UU. sobre Hiroshima (Japón) y encargada de pronunciar la segunda parte del discurso de aceptación del premio.
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