El cambio climático ha llegado y los agricultores y ganaderos de la provincia de Cádiz lo sufren sufriendo en directo. No se trata ya de la sequía, sino de variaciones en un clima que provocan daños en la floración de las plantas y una merma en la producción. Este año se han producido temporales de Levante en primavera, algo poco habitual. A principios de diciembre llega el frío y hasta hace días la provincia tenía elevadas temperaturas. Se producen periodos largos entre lluvias, y en medio, esas altas temperaturas. Cuando llueve, lo hace de una forma torrencial, que causa daños. Cambios que hacen que la planta no hiberne a su debido tiempo: entiende que está en otro momento del año agrario y se producen alteraciones.
“Vivimos en vivo y en directo el cambio climático y eso trastorna mucho a la planta, rompiendo su desarrollo normal”, asegura el secretario provincial de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de Cádiz, Miguel Pérez.
Y como no, la sequía. Las previsiones que maneja la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía es quepara 2018, y en las peores condiciones, está garantizado el suministro para los regantes, pero sólo para un año y con cautela, porque si sigue sin llover, en 2019 habrá que tomar medidas.
Miguel Pérez explica que el agricultor vive en una situación de incertidumbre que genera dudas en el sector. En octubre y noviembre se han producido algunas lluvias, pero hay que recordar que desde mediados del pasado mes de mayo hasta principios de octubre no cayó ni una gota, lo que ha supuesto una carencia de pastos en el campo. que lleva meses afectando al ganadero, el gran perjudicado en la provincia de Cádiz por la falta de lluvia. Si no hay pasto, automáticamente debe producirse un aporte de heno y ese gasto sale del bolsillo de los ganaderos.
Cádiz es una potencia en el ganado vacuno extensivo, sin olvidar el caprino y el ovino, y los ganaderos llevan aportando pienso extra a sus animales desde hace meses.
En la comarca del Campo de Gibraltar hay unas 12.000 cabezas de vacuno y alimentarlas con pienso supone un gasto diario de 24.000 euros.
Francisco Serrano es un ganadero de Tarifa y está sufriendo en sus carnes la falta de lluvia. “Si no llueve será imposible seguir”, asegura este hombre que califica de alarmante la situación. Francisco se consuela dirigiendo su mirada a la provincia de Málaga, donde no hay agua ni para dar de beber al ganado: hay que hacerlo llevándola en cubos.
En la agricultura, uno de los más perjudicados en la provincia es el viñedo, que prácticamente en el cien por cien está en la zona de secano del marco de Jerez. También hay temor para los herbáceos extensivos de secano, que ahora afronta la campaña con la siembra, lo que no pinta nada bien, porque no ha llovido lo suficiente.
Y sigue la incertidumbre de lo que ocurrirá en 2019 si la sequía persiste. Miguel Pérez advierte que si no llueve, “los agricultores y ganaderos estaremos en una situación catastrófica”.
Petición de ayuda a la Junta para paliar los daños en el campo
La dirección provincial de COAG ha pedido a la Junta de Andalucía ayuda para paliar estos efectos negativos de la sequía. Reclama bonificaciones y créditos extraordinarios a interés ceros, ayudas especialmente pensadas para que los ganaderos puedan hacer frente a los gastos en la compra extra de pienso.
También para ellos se ha reclamado una ayuda especial para el transporte de agua para aquellos abrevaderos naturales que se han secado y que obligan como única solución el llevar el agua al ganado. Y es que este transporte es caro.
Y si la sequía persiste y se producen cortes en el suministro, ya de cara a 2019, COAG tiene en mente reclamar exenciones de canon y tarifas que se imponen a los regantes.
El Gobierno andaluz asegura que es una prioridad la optimización de los recursos hídricos existentes y la mejora de las infraestructuras hidráulicas. Esta semana el delegado territorial de Medio Ambiente ha mantenido reuniones con los agricultores.
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