Un vecino de Vélez-Málaga (Málaga), José Franquelo, herido en el accidente de ayer al descarrilar un tren en Arahal (Sevilla), ha criticado hoy que no se efectuase el transbordo que se había anunciado a los pasajeros y que finalmente el transporte pasase por una zona que estaba inundada.
En declaraciones a Efe, Franquelo, que sufre una contractura cervical y otra dorsal, ha explicado que a la altura de Marchena informaron a los viajeros de que en la zona de Arahal se haría un transbordo en autobús, "debido a que la vía estaba inundada".
"Sin embargo, poco después volvió el revisor y nos dijo que se podía pasar, y a los pocos minutos de aquello, por poco nos matamos todos, y es lo que no entiendo", ha relatado este empresario de Vélez-Málaga.
Ha indicado que tuvieron "mucha suerte" y que aquello podría haber sido "una catástrofe", ya que en el lugar por el que pasó el tren, "a una velocidad que no sé si era la adecuada" -ha apostillado-, habían saltado trozos de la vía e incluso grapas de hormigón.
Ha señalado que tras descarrilar, el convoy atravesó un puente, en el que quedaron algunos de sus trozos, y que si llega a impactar contra esta estructura en lugar de seguir avanzando "habría ocurrido una gran desgracia".
El accidente causó 37 heridos, dos de ellos graves, como consecuencia del descarrilamiento del tren que realizaba el trayecto entre Sevilla y Málaga, un sucesos que, según las primeras hipótesis, se debió a las filtraciones de agua en la vía por las fuertes lluvias.
El tren, que transportaba 79 pasajeros, descarriló poco antes de las 10.15 en el kilómetro 22 de la línea Utrera-Marchena, a la salida de Arahal (Sevilla).
Para llegar a la zona del siniestro los servicios de emergencia tuvieron que usar tractores, quads y hasta vehículos del Ejército de Tierra, ya que las fuertes lluvias de la pasada madrugada dejaron los campos y veredas de acceso inundadas y enfangadas.
Franquelo ha señalado que él iba en el último vagón y que notaron un salto y que luego "todo se inclinaba", mientras el tren recorría unos 300 o 400 metros.
"Fue un caos, con maletas cayendo y algunas personas muy nerviosas; luego vino un olor fuerte a gasoil y nos intentamos poner todos a un lado para compensar el peso, porque parecía que íbamos a volcar y a caer sobre la zona embarrada", ha precisado.
Asimismo, ha lamentado el tiempo que tuvieron que estar los pasajeros junto a las vías mientras esperaban a ser recogidos por otro tren, que llegó "casi a tres horas".
Tras llegar a Sevilla, Franquelo y otros viajeros malagueños fueron trasladados en autobús hasta la capital de la Costa del Sol.
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