La sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, considera hechos probados que entre 1990 y 1993, cuando la víctima tenía entre 11 y 14 años, vivía en su casa con sus padres y hermanos, entre los que se encuentra el acusado, que entonces tenía entre 20 y 23 años.
En ese tiempo, "en repetidas ocasiones" el acusado, A. L. L, buscaba las ocasiones en que su madre estaba trabajando para tener relaciones sexuales con la niña, a la que daba dinero.
La víctima declaró en el juicio que ella era "muy chica" y su hermano le ponía películas pornográficas y abusaba de ella y que no sabía lo que estaba haciendo.
Además, aseguro que se lo decía a su madre y ésta únicamente le decía que estaba loca.
Sus declaraciones fueron corroboradas por su hermana, que en 2004 puso una denuncia por haber sido agredida sexualmente en la infancia por su padre.
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