Es noviembre pero nada parece ser igual. Ni las luces navideñas, que aguardan su encendido en buena parte de las calles portuenses, prevén el ambiente necesario para atraer al calor del comercio local.
Las temperaturas tan cálidas con las que se está acompañando este mes de noviembre no terminan de convencer a los comerciantes que ven como el supuesto frío con el que debía ser lo normal para estas fechas, está pasando de puntillas y afectando directamente a las ventas de los comercios que no terminan de convencer.
Noviembre sin frío y sin lluvia no son las mejores combinaciones para adaptar las ventas a los productos lógicos que debieran resultar en esta época prenavideña, que no alcanzan su adaptabilidad óptima para encauzar un otoño cuanto menos anormal.
El puzle con el que los comercios se deben adecuar no resulta a veces ni tan satisfactorio ni exitoso, por lo que acogerse a descuentos o a rebajas más o menos artificiosa busca una viabilidad necesitada.
Ventas prenavideñas
La complicación de estos, igualmente, encuentra en las dificultades con las que los clientes también deben adaptarse a un clima que no termina por convencer ni a unos ni a otros. Calentar motores a las puertas del Black Friday es una salida que se pretende sea airosa para paliar de alguna u otra medida las escasas ventas con las que se han ido moviendo en estas fechas.
Nuevas tendencias comerciales que deben ser el acompañamiento para un mes, el último del año, que dé el empuje necesario para que las ventas navideñas amortigüen, al menos, unas temperaturas nada satisfactorias y que empiezan no solo a ser un síntoma de los nuevos cambios climatológicos, sino también comerciales que deben hallar la combinación y el éxito necesario para cuadrar números.
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