Estamos asistiendo a una nueva Revolución Industrial donde las nuevas tecnologías están transformando los hábitos de vida en todas sus manifestaciones. Hace 100 años todo era monótono. Los cambios eran lineales y muy previsibles. Hoy son exponenciales. Planificar a tres años se convierte en un ejercicio de ciencia ficción ya que los mercados, la competencia, la incorporación de nuevas técnicas y sistemas están creando momentos de convulsión en determinados sectores.
Más que nunca se hace necesario y urgente poner en duda los paradigmas que soportan muchos sectores de la economía. El empresario debe abandonar las tareas del día a día que consumen su tiempo para enfocarse en la estrategia, la búsqueda de sinergias y nuevas oportunidades que le permitan sobrevivir en un entorno cada vez mas cambiante y donde la competencia ya no está cerca de ti, sino en cualquier punto de la geografía mundial.
Por ello, es necesario que las empresas empiecen, como tarea primordial, a identificar y reafirmar algunos valores y principios que pueden favorecer el camino al éxito y potenciar todas aquellas ventajas competitivas que las pueden hacer más fuertes. Entre ellas, las siguientes:
1) Crecimiento continuo: No existen barreras más allá de las que decidamos tener. Buscar ser cada día mejores a través del estudio, de la reflexión compartida y seguimiento constante de nuestras acciones es un reto importante. Los triunfadores solitarios son cosa del pasado.
2) Proactividad: La circunstancia ideal no existe. Seremos líderes de excelencia si nos mantenemos por encima de las circunstancias que nos rodean. Este es realmente lo que nos hace diferente de los eternos perdedores.
3) Integridad: Sería importante para todos el hecho de que valoremos la congruencia entre lo que se piensa, lo que se siente y se hace. Hay que asociarse, aliarse y establecer relaciones sólo con quien demuestre claridad y coherencia entre estos tres elementos.
4) Creatividad: Para la obtención del triunfo empresarial en el tercer milenio, la creatividad es la ventaja de aquellas organizaciones que afronten los desafíos como retos estimulantes; debemos decidir ser creativos. La historia contemporánea ha demostrado que es necesario e importante tomar en cuenta las ideas de cualquier persona dentro de nuestro equipo, familia y organización.
5) Innovación: Es necesario la creación constante de nuevas alternativas personales y organizacionales que contribuyan al logro de la excelencia. Realizar grandes esfuerzos para romper con lo ya establecido, buscando mejorar hoy los resultados del día de ayer. Hay que declarar la guerra a la rutina mediante un proceso de identificación de las cosas que se hacen igual desde algún tiempo atrás para ver si pueden hacerse de forma diferente y mejor.
6) Sinergia: Estamos en un mundo cada vez más global, donde ya no existen fronteras para las comunicaciones. Las redes sociales e internet han abierto una ventana al mundo que está facilitando todo tipo de relaciones entre pueblos y culturas. Es muy importante cultivar y aprovechar todas estas plataformas de comunicación e interrelación para favorecer el flujo de ideas, proyectos y negocios.
7) Prosperidad: Debemos buscar ser generadores de riqueza económica, social y espiritual en nosotros y en aquellos que se benefician de nuestras acciones. Buscar siempre que la prosperidad no sea un discurso para el futuro. Debemos esforzarnos para que sea una condición del presente en todos los que te acompañan en esta carrera hacia la excelencia.
Trabajando en estos principios y tareas conseguiremos ser más eficientes en este nuevo, incierto y apasionante futuro que con ilusión debemos afrontar para tener una economía y una sociedad más eficientes, justas y equilibradas.
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