Andalucía

El TS ordena al TSJA juzgar al exconsejero Luciano Alonso por falsedad

El Supremo confirma su absolución por prevaricación pero estima parcialmente el recurso de la Fiscalía para que se le juzgue por falsedad en los nombramientos

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  • Luciano Alonso -

El Tribunal Supremo ha ordenado al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) volver a juzgar al exconsejero de Educación, Cultura y Deporte Luciano Alonso por un presunto delito de falsedad continuada en documento público en relación a los nombramientos de Luis Guerrero Jiménez como director del Centro Andaluz del Flamenco (CAF) y de Alejandro J. Cárdenas y María Centeno como directores consecutivos de la Filmoteca de Andalucía.

En una sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, la Sala de lo Penal del Supremo estima parcialmente el recurso presentado por la Fiscalía y declara la nulidad del juicio contra Alonso y su repetición a partir del momento en que se elevaron a definitivas las conclusiones del fiscal para incluir la calificación de los hechos como constitutivos de un delito continuado de falsedad en documento público.

A partir de ahí, debe proseguir el juicio exclusivamente por este último delito hasta el dictado de nueva sentencia sobre este punto, establece el Supremo en esta sentencia fechada el día 27 de octubre.

De otro lado, el Supremo confirma la absolución del delito de prevaricación que el Ministerio Público también imputaba a Luciano Alonso en relación con la designación de personal de confianza en la Consejería de Cultura entre 2012 y 2015, rechazando así en este punto el recurso de la Fiscalía y ratificando la absolución dictada por el TSJA en sentencia del 10 de febrero de 2017.

El Alto Tribunal andaluz, en su sentencia, rechazó ampliar el objeto del proceso penal al delito de falsedad, como pidió el Ministerio Fiscal en el trámite de conclusiones definitivas, al entender que carecía de amparo legal en el artículo 788 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, incluso cuando, como era el caso, no se modificaran los hechos de la acusación.

TIPIFICACIÓN PENAL

El Supremo, sin embargo, entiende que, no interesando el fiscal la modificación de los hechos imputados en el escrito de conclusiones provisionales, "es de perfecta aplicación el artículo 788.4º de la Ley de Enjuiciamiento Criminal previsto para aquellos casos en que 'la acusación cambie la tipificación penal de los hechos ....'".

Al hilo, argumenta que, el fiscal, "al añadir a la tipificación del delito de prevaricación el de falsedad en documento público ha realizado un cambio en la tipificación penal, atribuyendo la ley procesal a la parte afectada medios que impidan la indefensión, con posibilidad de una complementaria práctica de prueba".

El pasado mes de febrero, el TSJA absolvió a Luciano Alonso del delito de prevaricación administrativa por el que la Fiscalía le pedía nueve años de inhabilitación porque, "aún conscientes de encontrarnos ante una conducta irregular, no amparada por la normativa y reprochable administrativamente, que afecta a la imagen y credibilidad" de la Administración, "resulta obligado dictar una sentencia absolutoria en el plano penal".

El tribunal no consideró probada la alegación de la Fiscalía de que el acusado utilizó las facultades que le confería su cargo de consejero "para beneficiar a personas relacionadas con el PSOE con puestos de libre designación" ni tampoco que el exconsejero interviniera "activamente ni se preocupara especialmente en el proceso previo de búsqueda y selección de los posibles contratados para el desempeño de dichos puestos eventuales".

NI "PRESIÓN" NI "ENCHUFE"

"No consta que los tres nombramientos se debiesen a algún tipo de presión o 'enchufe' por parte del entonces consejero", dice el TSJA, que agrega que "no se ha acreditado" que el acusado "mantuviera relación de amistad con cualquiera de estas tres personas nombradas y ninguno de ellos se ofreció previamente para el puesto ni realizó ninguna petición para acceder a estos cargo, sino que se les buscó por responsables de la Secretaría Técnica y la Dirección de Recursos Humanos".

El tribunal entiende que los tres nombramientos y su posterior asignación a funciones distintas a las propias del cargo y en sedes distintas "revelan decisiones irregulares --ilegales-- para las que el ordenamiento jurídico no facultaba al titular de la Consejería, a cuyo criterio no queda convertir esos puestos de trabajo, creados por decretos del Consejo de Gobierno para alcanzar finalidades específicas, en puestos con funciones distintas y alejadas del centro de destino".

En este sentido, considera que "aún conscientes de encontrarnos ante una conducta irregular, no amparada en la normativa y reprochable
administrativamente, que afecta a la imagen y credibilidad de la
Administración, resultado obligado dictar una sentencia absolutoria en el plano penal".

El TSJA recuerda que "no basta que una resolución administrativa sea contraria a derecho para que constituya un delito de prevaricación. Una resolución ilegal no es, por ser ilegal, una resolución injusta. La
injusticia supone un 'plus' añadido a la contradicción con la norma,
que es lo que justifica la intervención del derecho penal", en lugar de
la contencioso-administrativa.

LA PETICIÓN DEL FISCAL

Inicialmente, la Fiscalía solicitó para el exconsejero 14 años de inhabilitación por el delito de prevaricación administrativa, pero en el juicio rebajó dicha petición a nueve años de inhabilitación y sumó un nuevo delito de falsedad documental por el que interesó para Luciano Alonso cinco años de cárcel, multa de 12.000 euros y otros cinco años de inhabilitación.

La petición de cárcel por parte del Ministerio Fiscal fue calificada de "sorpresiva" y "absolutamente inaceptable" por parte de la defensa del exconsejero, tras lo que el tribunal rechazó esta última petición del Ministerio Público al entender que efectivamente es "sorpresiva" y que supone una tipificación nueva de los hechos que podría haberse realizado inicialmente.

En el fallo, el TSJA dice que "hay que ser sumamente cuidadosos con la 'variación cuantitativa' que, de forma sorpresiva, ha pretendido el Ministerio Fiscal en este procedimiento".

"DIFÍCIL ENCAJE LEGAL" DE UN NUEVO DELITO

Al hilo, señala que "no parece coherente y tiene difícil encaje legal la sobredimensión jurídica del escrito de acusación, máxime de forma sorpresiva al terminar todas las pruebas del plenario y elevar a definitivas sus conclusiones, tal y como pretende el Ministerio Fiscal cuando pide que se condene por un delito añadido no mencionado formalmente en el escrito de conclusiones provisionales, ni en el auto de apertura del juicio oral, ni, por supuesto, sugerido, insinuado ni visualizado de alguna forma a lo largo de las sesiones del juicio oral".

"La petición del Ministerio Fiscal carece de amparo legal", subraya el TSJA, que considera "lógica" la postura de la defensa cuando se opuso a la petición del fiscal.

Y es que, según dice el tribunal, la defensa "no ha podido preparar ni dirigir los distintos interrogatorios ni proponer ni practicas pruebas en lo referente a un delito de falsedad documental", punto en el que añade que admitir la tesis "sorpresiva" de la Fiscalía "hubiera requerido de esta Sala plantearse, de forma razonable y lógica, volver a empezar de nuevo con el juicio y repetir todos los interrogatorios personales, aparte de otras posibles pruebas añadidas y solicitadas con motivo del nuevo delito, lo que, en modo alguno, parece tener encaje ni previsión legal".

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