La evolución de los dos principales polos industriales andaluces, los de Huelva y Campo de Gibraltar, muestra algunas características similares, como la reducción de los ingresos por la caída de los precios de las materias primas especialmente el petróleo. Pero también algunas diametralmente diferentes en parámetros clave como el beneficio.
Los datos presentados la semana pasada por AGI (industria de la Bahía de Algeciras) indican que los ingresos cayeron por segundo año, hasta 6.358 millones, un 22,5% menos. Sin embargo, la docena de compañías con plantas industriales en la zona, capitaneadas por Cepsa y Acerinox, ganaron neto 958 millones, un 24,7% más.
Esa rentabilidad lleva además disparada los dos últimos ejercicios, ya que se ha más que duplicado desde 2014 (cuando los miembros de AGI ganaron 404 millones) y pese a que los ingresos totales se han derrumbado un 46%: de 11.777 millones en 2014 a esos 6.358 millones el pasado año. En términos relativos, el margen neto sobre ventas de la AGI ha pasado del 3,4% al 15,2%, es decir, se ha quintuplicado.
Estas industrias han logrado esta excelente evolución pese a que el ritmo inversor no deja de crecer: de 188 millones en 2014 hasta 222 millones el pasado año. La mejora de eficiencia operativa unida a la reducción -moderada- de los gastos de personal, permite optimizar el fuerte descenso del precio del petróleo en los tres últimos ejercicios. Los empleados propios de AGI han pasado de 4.519 a 4.357 personas (162 menos).
Por contra, las firmas agrupadas en la Aiqbe de Huelva han visto igualmente disminuir sus ingresos por los mismos motivos, ya que al igual que en Algeciras es la refinería de Cepsa el verdadero motor de la agrupación. Desde 11.836 millones en 2014 a 8.220 en 2016, un 28% menos (menor caída porcentual que Algeciras).
Pero en la provincia onubense no extraen el mismo jugo a esos ingresos ya que el resultado neto fue de 321 millones en 2016, el 4% sobre las ventas -en AGI el resultado libre de impuestos es del 15,2% de las ventas. Además, esos 321 millones son menos de la mitad que los 674 de 2014, tendencia inversa a la de la AGI.
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