Campillejos

La Alhambra y su embrujo

El pasado 17 de junio, la Asociación IUVENTA organizó una visita nocturna a los Palacios Nazaríes de la Alhambra, en Granada. Una visita que iba aderezada...

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El pasado 17 de junio, la Asociación IUVENTA organizó una visita nocturna a los Palacios Nazaríes de la Alhambra, en Granada. Una visita que iba aderezada, previamente, con una ruta guiada por el Albaicín y algunas zonas emblemáticas de esa ciudad. Mientras se desarrollaba dicha visita uno de los responsables de la excursión se dirigió a la oficina correspondiente al objeto de tener todo preparado para el acceso en cuanto abriesen las puertas para la visita nocturna.


Aclarar que el Patronato de la Alhambra y el Generalife ofrece un sistema de reserva de entradas a través de internet por el cual se había realizado la reserva meses antes.  De hecho el 13 de marzo confirmaron la misma, muy detallada y en la que figuraban los nombres y apellidos de dos responsables dado que, al ser un grupo grande, había que dividir el acceso en dos tandas y, cada una, con un responsable distinto. Todo perfectamente cerrado.


Uno de los responsables mencionados se presentó en la taquilla para la retirada de las entradas con más de una hora de antelación y se dirigió al PAGG (punto de acreditación de grupos y guías), conforme se nos había indicado, para obtener las acreditaciones de los dos responsables. Y los 54 componentes del grupo se personaron junto a la puerta de acceso a los Palacios Nazaríes media hora antes del comienzo del horario de apertura, para aprovechar al máximo del tiempo disponible.


La sorpresa fue que no tenían preparadas las acreditaciones de los responsables y, sin ellas, era imposible que accediera nadie.  Tras un maremágnum de llamadas, revisar los mails, volver a llamar y revisar los mails y así una y otra vez, ante el agobio del trabajador que nos atendía que tenía claro, a la vista de nuestra documentación, que todo estaba en regla, nos tuvieron al más de medio centenar de personas esperando desde las 21,30 horas y hasta pasadas las 22,30 horas, momento en el que consintieron en darnos las dos ansiadas cartulinas de acreditación. Lamentablemente entre unas cosas y otras perdimos casi la mitad del tiempo disponible para disfrutar del monumento, que era entre las 22 y las 23,30 horas.


Utilizamos el Libro de Sugerencias y Reclamaciones para trasladar el despropósito.  Pasados casi cuatro meses sin recibir respuesta llega el momento de hacerlo público.  Cuatro palabrejas de disculpa hubieran sido lo correcto pero no, parece ser que el Patronato no está para eso. Y es que la clase y la educación no la da el sitio, por mucho embrujo y belleza que tenga.

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