Rhizostoma luteum. Así se llaman las medusas de gran tamaño que aparecían a finales de verano en la playa de Cádiz. Son una especie de considerable tamaño que incluso pueden picar. La razón de por qué de repente aparecen imágenes de ellas unos veranos sí y otros no aún se desconoce a nivel científico, puesto que se necesitan unas bases de datos muy largas donde por comparativa se alcancen conclusiones. De esta especie existen datos desde 2012, es decir, hace cinco años, y no se tenía registro alguno desde hace 60 años. Quizá suene a cuento o a película de ciencia ficción, pero así lo explica la investigadora Distinguida del Grupo de Oceanografía de Ecosistemas en el Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía, ICMAN –perteneciente al Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)-, Laura Prieto. “Se llegó a pensar incluso que no existía y a confundir en ocasiones con otras especies. Podemos decir que es una especie desconocida”.
Cuando entre 2011 y 2012 empezaron a aparecer imágenes de medusas de grandes dimensiones en el litoral andaluz se pensó que era otra, Rhizostoma pulmo y no R. luteum, la cual se había visto en contadas ocasiones en el siglo pasado entre Lisboa y la costa de Angola, pero a través del estudio genético, explica Laura Prieto, “pudimos demostrar en el año 2013 que efectivamente existía y era una especie distinta de la que apenas había información”.
Y a eso, entre otras cosas, se dedica esta investigadora que tiene su centro de trabajo en Puerto Real. A través de un cultivo de esta especie de medusas, de R. luteum, y la variabilidad anual de datos meteorológicos y oceanográficos, entre otros, se podrá estudiar qué caracteriza a esta especie tan llamativa. Por el momento, Prieto ofrece algunos datos sobre esta medusa como el hecho de que alcanza tal tamaño que “son capaces de decidir hacia dónde van. Aunque suelen estar en zonas de mar abierto, hay veces que llegan hasta la costa arrastradas por corrientes y se quedan sin autonomía para poder moverse con libertad”. Los datos, en un primer momento, se han ceñido a buceadores y bañistas y “ahora estamos dando otros pasos para ver cómo se adapta a distintas temperaturas o a la salinidad”. Para ello, además del cultivo que se realiza en las instalaciones del ICMAN en Puerto Real, “estamos en colaboración con el zoo de Viena donde se están llevando a cabo distintos experimentos que servirán de base para la tesis de una doctoranda bajo mi supervisión”. Asimismo, en Puerto Real se está realizando otro estudio relacionado con cómo afecta el cambio climático a la vida de las medusas (donde se comparan tres especies distintas, entre la que se encuentra R. luteum).
El Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía es el primero a nivel mundial que tiene un cultivo de esta especie de medusa, de ahí que se tenga que experimentar hasta el punto de crearles un acuario adecuado a las necesidades de los minúsculos ejemplares, por ejemplo. “Viven en aguas en continuo movimiento y no pueden crearse burbujas” son algunas de las peculiaridades del pequeño habitáculo para las medusas.
Este animal marino tiene dos fases vitales. En primer lugar son pólipos, que se aferran al fondo marino, como si fueran pequeñas anémonas y después pasan a convertirse en medusa. Son como gusanos de seda del mar.
Visitantes en Cádiz
En las playas de Cádiz han aparecido, en algunas ocasiones, la Carabela Portuguesa (Physalia physalis), la llamada entre los bañistas como ‘pica pica’ (Carybdea marsupialis), o la denominada agua viva (Bolinopsis vítrea), con la que “hacemos estudios poblacionales para ver cómo le afecta la meteorología y la oceanografía para ver por qué unos años hay más o menos o por qué de repente aparece un importante número de ejemplares”.
Laura Prieto agradeció la colaboración del Ayuntamiento de Cádiz a la hora de facilitar información. Desde 2012, los socorristas que trabajan en la línea de costa que va desde La Gallega hasta La Caleta en la época estival “nos aportan datos del número de picaduras, lugar y fecha, para continuar con los estudios. Necesitamos datos para poder llegar a conclusiones con una base científica”.
Otros estudios
El equipo que lidera Laura Prieto también ha llevado a cabo estudios sobre la llegada a las costas españolas de la Carabela Portuguesa, que alcanza medidas de 30 centímetros de largo por 10 de ancho y está considerada como muy peligrosa. En febrero de 2010 se contabilizaron unas 100.000 colonias de medusas de esta especie en sólo un mes. Estas colonias se localizan en aguas de mar abierto del Atlántico Norte, y al parecer por los vientos procedentes del oeste y el hecho de que fue uno de los años más lluviosos de la historia, estas colonias se vieron arrastradas hacia la zona del estrecho de Gibraltar, llegando a entrar al mar Mediterráneo, donde protagonizaron un trágico suceso en la isla de Cerdeña donde fallecía una mujer tras sufrir una picadura de esta especie. Este equipo ya publicaba un estudio al respecto en 2015 donde ofrecían todos los datos relacionados con la aparición de las Carabelas Portuguesas.
Ciencia ciudadana
Por otro lado, el ICMAN también desempeña una labor formativa y de divulgación entre escolares, a los que se les explica el trabajo que vienen realizando y la prevención ante la aparición de algún ejemplar. También trabajan la ‘Ciencia Ciudadana’, a través de la cual piden que si has visto alguna medusa envíes un correo electrónico a l.p.@csic.es, donde se incluya una foto digital, la fecha, la zona donde la hasvisto y la cantidad de ejemplares.
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