Este domingo hay fútbol. Es decir, juega el Racing Club Portuense en El Puerto. El Racing de siempre jugará un partido oficial cuatro años después. Todo un gesto de superación y de dignidad en un duelo marcado por un choque histórico que aunará pasado, presente y futuro.
Un derbi portuense para sellar un encuentro de emociones y de sensaciones ante lo que aún está por llegar.
El Racing Portuense vuelve a competir y a luchar -lo deberá seguir haciendo-, ya no en los terrenos farragosos judiciales, sino en su realidad diaria, la que le marca una categoría (la más baja del fútbol) ante unas connotaciones grabadas a fuego.
Que el balón ruede en torno al Racing Portuense es ya en sí noticia, un gesto que honra por su evolución y por su determinación de salir airoso de la entente en el que está sumido.
Un partido que va más allá de los 90 minutos y que obligatoriamente necesitará del soporte de los suyos.
Los que encontrará en su reencuentro cuatro años después en suelo portuense. El fútbol no será por la tarde ni lo hará en el vetusto estadio racinguista. El Racing debe reinventarse y adaptarse a las circunstancias reales.
A jugar por la mañana y a hacerlo en El Juncal. Su vuelta, posiblemente, ni fue la soñada ante su utópico regreso, como tampoco será la esperada.
Lo cierto es que competir es el mejor síntoma de que hay esperanza y un camino por andar para normalizar un recorrido pantanoso, arduo y complejo. Salir de esa rutina y alejados de los terrenos de juego, en lo meramente deportivo, El Juncal será el escenario de un partido histórico.
En frente, el Estrella Portuense toma el relevo de la Unión Portuense y que cierra con el equipo senior la apuesta firme y seria del trabajo de mesura del fútbol base portuense.
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