La tribuna de Viva Sevilla

Un poco de mesura

Es una pena que no haber comunicado la fuente original del cartel del SEFF haya empañado la trayectoria de María Cañas.

Hace una semana se presentó el cartel de la próxima edición del Festival de cine europeo de Sevilla y todavía sigue en activo la polémica suscitada. Lo malo es que una vez que las aguas vuelvan a su cauce, probablemente resurgirá cuando centenares de carteles inunden la ciudad y comiencen las proyecciones.


Es una pena que un craso error, no haber comunicado la fuente original del cartel en la presentación del mismo, haya empañado la impecable trayectoria de una artista como María Cañas y de nuestro festival de cine. Pero esto no es óbice para la injusta y desaforada campaña de desprestigio activada contra ella en redes sociales. Ésta cuenta con un currículum que ya querrían muchos y que traspasa nuestras fronteras. Además, todo el que conoce un poco su obra sabe que en sus trabajos nunca parte de imágenes propias y que se considera una “caníbal audiovisual”; precisamente ese es su principal rasgo identificativo como artista y que le ha abierto las puertas de destacados festivales de cine, museos y galerías de arte, donde ha sido objeto de retrospectivas.


Entre las opiniones críticas, muy criticas incluso, no han faltado las voces autorizadas de cineastas, críticos de cine, periodistas, además de diseñadores gráficos y artistas de diversas disciplinas, pero también ha habido demasiada burla, mucha falta de respeto en ocasiones y hasta insultos, lo que nunca puede ser admisible. Tampoco han escaseado las opiniones a favor de María Cañas y de su trabajo “apropiacionista”, lo que suscitó un intenso debate en el que la mayoría sí ha coincidido en señalar como principal error el no haberse notificado la autoría y procedencia de la imagen del cartel.

En cuanto al Festival, la reacción ha sido tardía, pero correcta por la asunción de críticas en un largo texto publicado en su web donde se exponen, de modo cronológico, los hechos con objetividad. Otro acierto, igualmente tardío, es el reconocimiento al autor de la imagen original, Walter Popp, por parte del Festival.


José Luis Cienfuegos ha cometido errores como director, algunos de modo reiterativo y, lo que es más grave, sin ningún ánimo por corregirlos hasta el momento, como es su difícil relación con un amplio sector de la profesión en Andalucía, que se siente menospreciado y maltratado, pero su apuesta por María Cañas es digna de elogio, al igual que la mantenida por el cineasta Paco Campano, autor de los originales vídeos promocionales del Festival.


Por otro lado, no deja de ser paradójico que sea precisamente una mujer, saliendo de un ojo, la imagen de un festival que no se ha caracterizado hasta ahora por contar con muchas directoras en la sección oficial. En las dos últimas ediciones apenas han sido cuatro frente a treinta directores, así que aún sigue siendo una asignatura más que pendiente.

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