La Junta de Andalucía pretende extender la innovación en las pymes con el objetivo de que se produzca un “cambio cultural” que haga que el modelo económico actual sea “mucho más resistente ante la crisis”, y que gire en torno al conocimiento y la tecnología como elementos de “fortaleza y competitividad”.
Para ello, se impulsará la implantación de la innovación no tecnológica, ya que es la que menor inversión requiere y por tanto “la que mejor se acomoda” al tejido empresarial andaluz, según afirmó ayer el consejero de Innovación, Ciencia y Empresa, Francisco Vallejo, durante la presentación en Málaga del tercer Congreso de la Red de Espacios Tecnológicos de Andalucía (RETA).
Esta medida afecta a los sistemas productivos, la comercialización, la imagen de marca, a cómo entrar en mercados internacionales, y en general, a todo aquello relacionado con cómo vender dentro y fuera del país.
En este sentido, para el próximo año RETA contará con 200 agentes tecnológicos cuyo objetivo será asesorar a las compañías andaluzas en la incorporación de Innovación y Desarrollo (I+D) de manera que “no sólo llegue a los privilegiados que están en los parques tecnológicos”, sino a todas las pymes, explicó el consejero.
Hasta ahora RETA presta sus servicios a 55.000 empresas en la comunidad, de un total de medio millón, y para el próximo año espera llegar a 80.000, un 45%, con la finalidad de que haya “un modelo económico mucho más resistente”.
Según Vallejo, Andalucía cuenta con un tejido empresarial “potente y fuerte que está aguantando bien la crisis”, a excepción de sectores como el de la construcción y sus derivados, y el del automóvil, en los que el consumidor necesita pedir un préstamo para pagar el producto.
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