“Es muy sospechoso que en todo el mes de agosto ni Cavada como alcaldesa ni Romero como responsable de Medio Ambiente hayan declarado nada sobre la salina de La Leocadia, justo donde hace un año pretendían construir un espacio de ocio”, señala Gonzalo Alías, portavoz de IU en La Isla.
“Queremos un turismo y un ocio de calidad, pero también que se apliquen la ley y la transparencia a este tipo de negligencias”, añade.
A primeros de agosto, La Isla se encontraba con más de 12.000 peces muertos en la piscifactoría que se levanta en la salina de La Leocadia. Este desastre ambiental ha sido el último eslabón de una cadena de negligencias que, aunque denunciadas, no han sido corregidas. Diversos informes del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil) alertaban desde primeros de año de la falta de alimento y de oxígeno de los peces y acababan por certificar la muerte de estas especies.
A esto se unen las pésimas condiciones laborales de la plantilla de la piscifactoría, que bajó de once a dos personas y a la que aún se adeuda el salario de varios meses. Por ello, IU se une a las protestas de las organizaciones ecologistas por la pasividad de Junta y Ayuntamiento ante el cierre de esta empresa y reclama a las administraciones que dignifiquen a la plantilla ante los impagos y la merma de las condiciones que ha sufrido.
No obstante, Izquierda Unida se pregunta por qué ha habido tanto silencio por parte de los responsables municipales. IU recuerda cómo la alcaldesa Cavada reconocía en julio de 2016 que la zona de La Leocadia era “una de las más reclamadas” para poder construir “un complejo ecoturístico” cerca de la playa de Camposoto, una zona con “gran potencial turístico” de la ciudad.
A falta de un Plan de Turismo acorde a las necesidades de la ciudad y donde se marquen con transparencia las prioridades de La Isla, IU solicita a Cavada como alcaldesa y a Romero como responsable de Desarrollo Sostenible que comparezcan sobre la relación entre el desastre ecológico de La Leocadia y la construcción del complejo ecoturístico. “Queremos un turismo y un ocio de calidad, pero también que se apliquen la ley y la transparencia a este tipo de negligencias”, concluye Alías.
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