La inteligencia del editor, productor, guionista y realizador británico Christopher Nolan -cosecha del 70, con títulos tan distinguidos en su filmografía como ‘Memento’ (2000), ‘El caballero oscuro’ (2008) u ‘Origen’ (2010)- ha sido narrar, en esta película que nos ocupa, un episodio, en principio, nada heroico al uso, sino todo lo contrario, de la II Guerra Mundial.
O lo que es lo mismo, la evacuación de más de 300.000 soldados ingleses y aliados, que estaban cercados por el imparable avance del ejército nazi y atrapados en la playa de esa ciudad portuaria del norte de Francia. Y la ha convertido en épica, sin dejar de ser trágica y hasta realista.
Porque la ha revelado bajo una luz diferente utilizando para ello una puesta en escena deslumbrante, marca de la casa, y un equipo técnico extraordinario que ha cuidado cada detalle, especialmente en lo que se refiere a dirección artística y efectos especiales. También en una fotografía -de una belleza pictórica y un tratamiento de la luz tan hermoso y matizado como dramático- que firma Hoyte Van Hoytema, como en la excelente banda sonora, vibrante y lírica, que firma el maestro Hans Zimmer.
Pero además la ha dotado de alma. Con un guión preciso, escrito por él mismo, va narrando la feroz encerrona, por tierra, mar y aire, a la que el enemigo somete a un ejército agotado, que solo piensa en volver a casa y sobrevivir. Y lo hace a través de diversos personajes, que se mueven en estos tres elementos repeliendo y defendiéndose como pueden, escondiéndose, huyendo, al mando o al rescate respectivamente. Personajes muy cuidados, de carne y hueso, que toman los rasgos y el buen hacer de Cillian Murphy, Tom Hardy, Harry Styles, Kenneth Branagh y de, sobre todos, Mark Rylance.
Nolan sabe introducirnos, durante sus 107 minutos de metraje, en las entrañas del fuego, de los vuelos, de los bombardeos, de los torpedos, de la desesperación de quienes se ven atrapados sin salida, con una intensidad narrativa que va a la par de una depuración estilística extrema, pero nunca gratuita. Todo lo contrario.
Hermosa, cruel y emocionante, una de las películas del verano y del año … ¿se ha escrito ya que no deberían perdérsela?
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