Andalucía más que verde

Calor en las escuelas. Preguntas sin respuesta

El pasado mes de junio, insoportable aunque previsiblemente caluroso, ha conseguido sacudir los bien refrigerados despachos de la Consejería de Educación

Las contundentes protestas de la comunidad educativa en Andalucía parecen haber sido escuchadas. El pasado mes de junio, insoportable aunque previsiblemente caluroso, ha conseguido sacudir los bien refrigerados despachos de la Consejería de Educación y movilizar a sus ocupantes para tomar la decisión de "sondear" entre los centros escolares andaluces cuáles de ellos cuentan con un sistema de climatización y en qué condiciones se encuentran.

Tras el sondeo previo y un proceso de estudio de sus resultados, la Junta de Andalucía ha publicado el listado de centros escolares que serán objeto de la primera fase del plan de choque para este verano 2017. Esta primera fase forma parte del Plan de climatización sostenible y rehabilitación energética que acometerá la Junta en los próximos años.

El plan de choque afectará a un total de 51 colegios en toda Andalucía. Obviamente insuficientes, en EQUO nos preguntamos además cuáles han sido los criterios bajo los que han sido estos y no otros los centros que, afortunadamente, disfrutarán de un verano más soportable. Las escuelas de verano, eufemismo a nuestro juicio de un sistema de “guardería pública” para conciliar la vida laboral y familiar, han podido ser uno de los criterios para la urgencia en la climatización; pero no lo sabemos con certeza, ya que dichos criterios no han sido publicados.

Nuevamente, nos encontramos ante una problemática de fondo; no es una simple lucha puntual por el derecho a trabajar en condiciones de dignidad, sino la punta de un iceberg que nos lleva a plantearnos varias cuestiones:

¿Por qué los centros escolares, donde trabajan nuestros niños y niñas, las personas que más queremos supuestamente, son los últimos edificios públicos en ser climatizados? Cualquier dependencia pública, cualquiera, se encuentra acondicionada con frío y calor desde hace muchos años. Nadie concebiría acudir a una comisaría de policía o un centro cívico sin aire acondicionado. En muchas ocasiones, encontramos que se hace un uso muy irresponsable de estos aparatos: excediéndose sin justificación alguna en la regulación de la temperatura, con puertas y ventanas abiertas, con escaso público, sin una rehabilitación previa de instalaciones que optimice su utilización, etc. Si una temperatura agradable invita a entrar a comprar, y eso lo saben bien los centros comerciales, también invita a trabajar mejor, a concentrarse, a estar lúcido. ¿Son nuestros niños y niñas ciudadanos de segunda? ¿Realizan un trabajo menor, sin valor social o económico?

¿Por qué siguen sin rehabilitar de forma eficiente los edificios educativos? Muchos de ellos, con más de 50 años de historia, continúan siendo espacios hostiles para una educación de calidad; no son universalmente accesibles, no son edificios construidos bajo criterios bioclimáticos, sus dependencias son insuficientes o están obsoletas para implementar proyectos educativos o actividades más allá de la obediencia a los libros de texto. No hay espacios para pensar con claridad, para compartir o crear. ¿Concebimos las escuelas como lugar de trabajo, convivencia y construcción de presente y futuro, o simplemente son lugares donde ‘guardar’ al colectivo más vulnerable y menos rentable de nuestra sociedad de consumo?

¿Es la educación pública una apuesta de futuro para la Junta de Andalucía? Y aquí está la madre del cordero. Que maestros y maestras, niños y niñas, así como el resto de las personas que dan vida a las comunidades educativas, pasen excesivo calor o frío en condiciones que bien pudieran compararse a las de otros países más empobrecidos, es sólo un síntoma del mal que nos aqueja:  la educación es considerada como un gasto, no una inversión. Estamos asistiendo a un proceso de privatización de la escuela pública que, lógicamente, no incluye en sus planes invertir en su propio futuro.

EQUO entiende y reclama la urgencia de climatizar las escuelas, pero no se conforma con eso; queremos una respuesta a la altura de nuestras preguntas,  aunque de momento, la pregunta URGENTE es: ¿cuáles han sido los criterios utilizados para seleccionar a los centros educativos en la fase de urgencia?

EQUO, que se suma a la movilización social de toda la comunidad educativa – y comprobamos nuevamente cómo la unión de las fuerzas sociales sacude y activa a las instituciones -, ha pedido a la Consejería de Educación que ponga en marcha un programa de revegetación bioclimática en todos los centros educativos de la comunidad autónoma andaluza. Entendemos que la urgencia de instalar aires acondicionados en los colegios es absolutamente compatible con su revegetación, o en muchos casos simplemente vegetación. Ésta es una propuesta de bajo coste, que sólo requiere voluntad política y compromiso, ya que la propia comunidad puede participar activamente en el proceso, que es potencialmente educativo a la par que útil. ¿Invertimos en educación?

Mar Oliver

Coportavoz de EQUO Sevilla y maestra

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