El Papa, que llevaba la muñeca derecha inmovilizada con un aparato hecho de fibras de vidrio, que tiene las mismas funciones que la escayola, fue dado de alta a media tarde, tras permanecer seis horas en el centro sanitario.
El Papa Ratzinger, de 82 años, presentaba buen aspecto a su salida del hospital.
El Obispo de Roma saludó con la mano izquierda a las numerosas personas que le esperaban, a la vez que sonreía. Minutos después subió a un automóvil, que le trasladó a Les Combes, donde proseguirá las vacaciones de verano.
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