La policía de Hamburgo volvió a recurrir a cañones de agua para dispersar a manifestantes que querían bloquear los accesos a la cumbre del G20, después de ayer se registraran disturbios que se saldaron con 111 agentes heridos y 44 personas detenidas.
La policía emitió hoy un comunicado con el último recuento de los incidentes de anoche, protagonizados por jóvenes encapuchados que reventaron una manifestación convocada por la tarde bajo el lema "Bienvenidos al infierno".
Hoy grupos de activistas intentaron bloquear los accesos al recinto ferial donde comienza la cumbre de las principales economías del mundo y las potencias emergentes y, ante la imposibilidad de acabar con las sentadas en la calzada, la policía recurrió de nuevo a los cañones de agua para dispersarlos.
El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, que iba a participar en un acto con escolares sobre el G20, canceló su asistencia ante los dispositivos de seguridad desplegados, según informaron los organizadores del evento.
La policía de Hamburgo informó también esta mañana de que se había detectado la presencia de objetos sobre las vías en una estación de tren, lo que afectó el tráfico ferroviario en determinados puntos.
En la marcha de ayer participaron unas 12.000 personas y las fuerzas de seguridad identificaron a alrededor de 2.000 de ellos, en su mayoría encapuchados, como miembros del grupos violentos.
Pronto comenzó el lanzamiento de objetos a la policía y la noche se saldó con varios coches quedamos, escaparates y mobiliario urbano destrozados, además de los agentes heridos.
La policía señaló que no tiene constancia por el momento de que en los enfrentamientos resultaran heridos manifestantes o viandantes ajenos a las protestas.
El dispositivo de seguridad diseñado por las autoridades alemanas para la cumbre cuenta con más de 19.000 policías.
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