José Lobo ya trabajaba como pescadero antes de llegar a Mercadona hace año y medio. Hoy gestiona 43 pescaderías de otros tantos supermercados de la cadena valenciana en Sevilla, Huelva y Cádiz. “Estamos siempre aprendiendo sobre qué necesita el cliente y cómo satisfacer esa necesidad. La empresa nos forma para todo, técnicamente y también sobre cómo gestionar la relación con los pescaderos, lo que más me gusta es esa relación con cada uno de los 43 pescaderos a los que visito como mucho cada mes y medio”.
Lobo, que visita la tienda de Mercadona en el barrio sevillano de Bellavista durante este reportaje, es un ejemplo de cómo gestiona Mercadona sus recursos humanos. La empresa ha mantenido inalterables criterios de gestión de su personal durante todos estos años de crisis, criterios que se han convertido en auténticos eslóganes asociados a Mercadona: sueldo fijo para todos, por encima de la media del sector y creciente; decidida promoción interna, que hace que todos los miembros del comité de dirección de la empresa procedan de dentro del grupo; formación interna permanente; equidad profesional, es decir a igual responsabilidad, igual sueldo entre hombres y mujeres; y medidas de conciliación.
Sin dependencia
Ejemplo de estas últimas es Elena Chacón, empleada que trabaja preparando los pedidos que llegan a través de la venta por internet -desde el súper de Bellavista se cubre toda la ciudad de Sevilla-. “La empresa nos ha facilitado a mi marido y a mí, los dos trabajamos en Mercadona, depender de nosotros mismos para cuidar a nuestros hijos. Nos ha permitido trabajar en turnos partidos y eso hace que no tengamos que contar con nuestros padres, a lo que se añade que tengo una reducción de jornada”. Chacón también se muestra satisfecha por las buenas condiciones bancarias logradas en su entidad financiera al trabajar tanto ella como su marido en Mercadona, algo que parte del banco ya que la cadena no tiene acuerdos preferenciales.
Chacón precisa que lleva 14 años en la empresa y que entró en ella buscando estabilidad, “estaba cansada de contratos temporales”. Añade que es también bandera de la empresa intentar que el empleado trabaje lo más cerca posible de su domicilio, lo que aumenta las facilidades de conciliación.
Lograr un contrato fijo desde el primer momento, algo que la empresa adoptó de manera general en 1995, fue lo que enganchó a Óscar Morete. “Estaba estudiando para aeronáutica en 2011, pero en mes y medio me entrevistaron y me contrataron fijo, fue un pelotazo”, recuerda. “Con el paso de los años he ido saltando de un puesto a otro, asumiendo nuevas responsabilidades hasta ser gerente de mantenimiento de esta tienda. La mejora de las condiciones salariales año a año ayuda a estabilizarte”.
¿Seguirá progresando, se ve un techo? “Aquí te enseñan siempre, si te sientes capacitado puedes ascender. Yo me veo, cuando esté más formado, ascendiendo a gerente de mantenimiento de cuatro tiendas a la vez”.
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