Según dijeron hoy a Europa Press fuentes cercanas a la investigación, fue una mujer de edad avanzada la que, al pasar por el lugar, observó lo que le pareció "una situación extraña", en la que "cuatro o cinco" menores muy jóvenes "parecía que estaban forzando a una niña", vistiendo todos ellos únicamente bañadores y chanclas.
Esta testigo llamó a la Policía Local de Baena para denunciar estos hechos, pero no lo hizo hasta cinco horas después, sobre las 22,30 horas del mismo día, pues esperó el regreso de su marido al domicilio familiar para contarle lo que había visto, y fue después cuando telefoneó a la Policía Local, la cual, a su vez, informó de ello a la Guardia Civil
Esta descripción de los hechos coincide con el relato realizado hoy a los periodistas por la madre de la menor, María Jesús, quien afirmó que la agresión sexual a su hija ocurrió fuera de la piscina municipal de Baena, cuando un chico menor de edad, con el que al parecer ya mantuvo una relación, la invitó a salir del recinto, a lo que ella accedió porque "le gustaba y pensaba que le iba a pedir salir".
Ya en el exterior, en dicho patio común de los bloques de viviendas, situados entre las calles Espejo y Sargento Domingo Argudo, junto al Pabellón Polideportivo y a unos 100 metros de distancia de la piscina municipal, fue donde, según las mismas fuentes cercanas a la investigación, el ex novio de la chica y otros cinco jóvenes, cuatro de ellos menores de edad, la obligaron a mantener relaciones sexuales con todos ellos, bajo la amenaza de que, si no accedía, enviarían a sus padres el vídeo en el que, sin consentimiento de la chica, la habían grabado mientras mantenía relaciones sexuales con su ex novio.
Al respecto de como se produjo la agresión sexual a la menor, su madre explicó hoy que su hija "no había opuesto resistencia" porque la habían amenazado con enseñar el vídeo a sus padres y, aunque los hechos ocurrieron el día 2 de julio, la chica no contó nada a sus padres hasta el domingo 5 de julio, porque "tenía miedo".
En aquel momento la niña dijo a su madre que le "tenía que contar un secreto que no se lo podía contar a nadie, ni a papá", según señaló María Jesús, visiblemente afectada, y subrayó que fue entonces cuando le comentó que la había violado un grupo de chicos. La reacción de los padres, el mencionado domingo 5 de julio, fue ir junto a su hija a denunciar lo ocurrido en el puesto de la Guardia Civil.
En cuanto a quiénes fueron los agresores de su hija, María Jesús aclaró que a "los niños no los conocía. Uno de ellos es disminuido por lo que no le va a pasar nada. Otro es mayor y otro es compañero de clase y los demás del instituto".
Todos ellos fueron detenidos por la Guardia Civil, que los puso a disposición de la autoridad judicial, la cual determinó la puesta en libertad de dos de los menores, aunque con orden de alejamiento de la víctima. En esta situación están el único menor de 13 años del grupo, el cual, dada su edad, es inimputable, y otro menor, pero en este caso por ser discapacitado psíquico.
Estos dos menores comparecieron el pasado 7 de julio ante el Juzgado de Menores de Córdoba, cuyo titular decretó, por otro lado, el internamiento en un centro de reforma de menores para los otros tres menores implicados, mientras que otro juzgado dictó el ingreso en prisión incondicional para el joven de 22 años, al que se le imputa, como a los tres menores internados, la presunta comisión de un delito de agresión sexual.
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