hoy, 25 años después de la Expo y tras haberse aprobado el trazado de la SE-40 y después el Plan de Transporte Metropolitano y el POTAUS, es necesario plantear una relación integrada de Sevilla con su Área Metropolitana, que vaya sumando las posibilidades mutuas, ya que la SE-40, por su concepción concéntrica, va a englobar en su círculo junto a Sevilla a muy importantes municipios (Camas, Santiponce, Tomares, Bormujos, ambas Castillejas, Gines, Valencina, San Juan, Gelves, Palomares y La Algaba), y va a unir con otros próximos (Alcalá, Dos Hermanas, Coria, Umbrete, Salteras, Espartinas, Bollullos, Almensilla y La Rinconada).
Las posibilidades vienen del diseño y conexión entre algunas zonas del Área metropolitana y de una planificación del río, tras el protagonismo que con la Expo adquirió. Por ello es necesario ir concibiendo un proyecto-guía global para las próximas décadas, que establezca etapas y estudie los obstáculos legales, administrativos y económicos para su realización. Los municipios no deben seguir actuando aisladamente y agrandando el caos urbanístico acumulado en década anteriores y que despilfarró algunas posibilidades que hoy darían valor a algunas zonas.
En el sector Oeste del Área Metropolitana existen posibilidades múltiples para turismo cultural, ecoturismo, senderismo.. La proximidad de la ciudad Romana de Itálica y el conjunto dolménico de Valencina y Castilleja de Guzmán necesitarían del diseño de un Parque Cultural con una brillante intervención arquitectónica, que daría fuerte atracción al conjunto como zona turística y de actividades terciarias, sobre todo de otoño a primavera. Y próximo a esos espacios arqueológicos está el Corredor Verde del Arroyo Riopudio, desde el cual se llega a conectar con los espacios de Doñana. Sería imprescindible por ello conectar espacios culturales y espacios libres: turismo cultural, ecoturismo y senderismo.
Para ello hay que evitar que la SE-40 rompa la conexión de ambos espacios en su paso entre Valencina y Salteras, aunque ya atraviesa todo el valle del Riopudio y al Corredor Verde, debiéndose hacer algún ajuste de la misma en alguna zona estratégica. Institucionalmente se procedió totalmente al revés: antes de hacer un previo estudio territorial, que considerase las potencialidades de algunas zonas, se aprobó el trazado de la SE-40, y después el Plan de Transporte, pues sólo se contemplaba el problema del tráfico sin ninguna otra variable. Y muchos municipios querían tenerla próxima para crecer en viviendas y polígonos empresariales, ya que los intereses e imaginación de algunos alcaldes y concejales no iba más allá. La SE-40 obedecía en parte a aquella coyuntura inmobiliaria, y después el POTAUS se sometió a lo ya aprobado, acumulando tales incoherencias.
También en el sector Este del Área Metropolitana existen posibilidades con el Parque del Guadaíra y la zona del Gandul. En ésta existen dólmenes, enterramientos del calcolítico, restos romanos,... necesitando de su estudio para la posible aprobación de un Parque Cultural.
Y el río debe ser un gran protagonista de aquí a varios años, pues en ambas márgenes caben espacios libres y actividades terciarias combinadas, siendo compatibles con las actividades ecuestres allí existentes. Ha de hacerse realidad el Parque de Tablada, con alguna brillante actuación arquitectónica en él, e irlo conectando por fases con ambas márgenes del río hasta llegar al vergonzoso espacio entre el río y Camas, donde miles de toneladas de basura han sido vertidas durante décadas, y alguna vez habrá que abordar ese problema. Así, el río y sus márgenes serían un gran eje que alternaría espacios libres y actividades terciarias de norte a sur.
Ante esas posibilidades sería necesario que el gobierno municipal de Sevilla tomase la iniciativa para formular una visión global en relación con el río y el Área Metropolitana, y remover desde alguna institución la pobreza de iniciativas, o de visión, en algunos municipios de la periferia para desarrollar su potencial.
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