La permanencia del Guadalcacín tres jornadas antes de que finalice la competición liguera da un margen de tranquilidad grande a la directiva que preside Manuel Jiménez, que ya no tiene que centrarse en temas deportivos sino en cerrar económicamente la temporada lo mejor posible, sin que se deba un euro a nadie como también es proverbial en este club y en comenzar a mirar hacia el futuro, aunque para eso hay que centrarse y sentarse.
Obviamente una de las primeras propuestas que estará sobre la mesa será el de la renovación del técnico triunfador, un técnico de la casa que dio el salto desde juveniles, que se atrevió a coger al equipo a pesar de su situación y que lo ha llevado a la permanencia y a tener jugadores, como Juan Laynez, que procedía del juvenil o darle minutos a Pablo Pérez, que ha resultado decisivo. La apuesta con Alberto Vázquez ha sido una apuesta ganadora y de ahí que, sin género de dudas, se le piense plantear su continuidad al frente de un proyecto que habrá que ver qué dirección toma, después del recorte presupuestario de este año.
Además hay jugadores como López y Fran Jiménez que son cedidos y otros que tienen equipos interesados en ellos, aunque todo habrá que sopesarlo. Primero lógicamente será el tema del entrenador y, a partir de ahí, se comenzará a hablar con los jugadores para intentar mantener el bloque del éxito.
La resaca en Guadalcacín es extraordinaria, tras la fiesta de la permanencia que se vivió como si de un ascenso se tratase y es que para un equipo como el Guadalcacín, permanecer un año tras otro en Tercera División es algo más que un éxito, es un trabajo hecho desde abajo y que tiene su espejo en el primer equipo.
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