Notas de un lector

Goodbye, España

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Siempre es de agradecer la reaparición en nuestro universo literario de Mercedes Salisachs (Barcelona, 1916), la escritora española de más edad que permanece en activo, y que ahora, a sus 93 años, acaba de publicar "Goodbye, España", Premio de Novela Histórica "Alfonso X El Sabio" (MR Ediciones, Madrid, 2009), en la que vuelve a dejar constancia de una densidad narrativa inusitada en estos tiempos de ficción light. Confiesa la autora que cuando tenía seis años tomó una libreta de tapas de hule y en su primera página había encolado una etiqueta donde decía: "La vida". Desde entonces, su prolífica trayectoria literaria -veintiséis novelas, cinco cuentos, cinco ensayos, incontables traducciones-, la ha convertido en un referente indiscutible en el mundo de la narrativa española contemporánea, como así también lo demuestran los numerosos premios literarios que atesora, aunque quizás fuera la publicación de "La gangrena", Premio Planeta en 1975, la que la consagró definitivamente.

Ahora, en su última novela, y no sin antes pedir perdón por semejante osadía, tal y como apunta en su primera página, Mercedes Salisachs se introduce en la piel -y le presta voz y sentimiento- de una mujer admirable, doña Victoria Eugenia de Battenberg y Sajonia-Coburgo, princesa de Irlanda, princesa de Gran Bretaña y reina de España, sufrida esposa de Alfonso XIII y abuela del Rey Juan Carlos. En una sorprendente y reveladora recreación de los cinco días que, tras treinta y siete años de exilio, pasó en Madrid con motivo del bautizo de su bisnieto don Felipe de Borbón, príncipe de Asturias, revivimos los cruciales acontecimientos históricos que compartió junto a su marido: el atentado cometido por el anarquista Mateo Morral el día de su boda, el doloroso exilio tras la proclamación de la Republica, las reiteradas infidelidades de su esposo, incluso la acusación de haber sido una espía durante la Segunda Guerra Mundial o de haber mantenido un romance con el duque de Lécera, hasta representar con un vigor y una delicadeza asombrosas, una historia desconocida, rastreada en mil publicaciones y archivos de aquella época, que la autora ha podido recomponer en esta magistral novela, buscando los más pequeños detalles -"puedo decir que un noventa por ciento es fielmente verídico y el diez por ciento restante, deducción"- ayudada por la confidencia de muchos descendientes de aquellos protagonistas. Sin embargo, su primera intención fue la de no publicarla, sino guardarla en un cajón para que la descubrieran a su muerte. Fue su hijo mayor quien, tras leerla, negoció con las editoriales que se interesaron en publicarla y llegó al acuerdo de presentarla al Premio de Novela Histórica Alfonso X el Sabio: si no ganaba, MR Ediciones la publicaría igualmente y le pagaría un importe idéntico al del premio. El jurado no dudó en premiarla por unanimidad.
"Toda mi vida tuve la necesidad de comunicar para ayudar a los demás a reflexionar -confiesa la escritora-. Me estoy muriendo, y me queda tanto por decir que siento que me falta tiempo". Quizás por ello, cada tarde, Mercedes Salisachs sigue escribiendo en su vieja máquina Lettera de color naranja, la que será su próxima novela, con la misma elegancia, la misma perseverancia y sobre todo con el inigualable talento artístico que le han permitido conectar con los lectores a lo largo de tantas décadas.

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