Con lo poco que ahorró, se embarcó en el sueño de ir a Europa, un continente que solo veía a través de las películas. Y tras ser rescatado a bordo de una patera, dio el nombre ficticio de 'Pompidou', seguramente porque la sede del centro galo fue de las primeras cosas que vio al llegar al Puerto de Málaga, recuerda Samuel Linares, coordinador provincial en la presentación de la memoria de Cruz Roja de 2016. Es una de las historias de los 787 inmigrantes atendidos en 2016 por Cruz Roja, 600 personas más que en 2015. La organización reivindica mejores instalaciones para dignificar su llegada a nuestro suelo, y alerta que este año se duplicará la cifra. Y es que en solo los tres primeros meses del año un total de 436 inmigrantes han sido rescatados tras llegar a nuestras costas en nueve embarcaciones.
Destaca la atención a refugiados, 1.378 en 2016, casi el doble de los atendidos en 2015 y situando a Málaga entre las tres grandes ciudades junto a Madrid y Barcelona en la atención de quienes huyen del horror y la guerra, como la familia Moro, Fadil y Sabiha, con 9 hijos, tres de ellos con discapacidad psíquica, que ahora están en los centros existentes en la provincia.
La llegada de pateras, que pone rostro al drama de la inmigración, es solo la punta del iceberg del trabajo realizado por el colectivo malagueño, que el pasado año atendió en Málaga a casi 39.000 personas en proyectos de Intervención Social, desde familias vulnerables, inmigrantes, refugiados, mayores, drogodependientes, mujeres en exclusión social o discapacitados. Un 12% más que en 2013, cuando se ayudaba a 34.683 personas, pero un 39% más desde 2010, cuando se atendían a más de 28.000 personas. Baste un dato: el año pasado Cruz Roja ayudó a pagar suministros básicos para evitar cortes de agua o luz a 2.437 hogares malagueños, proporcionó alimentos a 10.513 personas o material escolar a 1.228 menores.
El empleo y la inserción laboral es otro de los pilares de la organización, que cuenta ya con23.878 socios en la provincia y 5.106 voluntarios. Más de 2.000 personas participaron en iniciativas para reducir la brecha y formarse para acceder al mercado, y 476 encontraron trabajo gracias a la mediación de la ONG, como Charles, que ya considera a Cruz Roja como su familia.
El 64% de las personas que atendió Cruz Roja el pasado año estaban en paro, el 60% eran mujeres, lo que denota que la pobreza sigue teniendo rostro femenino. El 25% de los que recurren al colectivo asegura que no tiene ningún tipo de ingresos y un 22% asegura que no puede pagar las facturas a final de mes.
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