La lacerante derrota por 4-1 sufrida en Las Palmas y la enésima decepción para el beticismo hacen que el Real Betis emprenda una nueva 'semana de pasión' en la que el equipo de Víctor Sánchez no parece capaz de detener la sangría de derrotas y empieza a hacer números para evitar entrar en la zona de riesgo.
'Quemados' y 'jodidos' son algunos de los calificativos empleados por varios pesos pesados del vestuario verdiblanco, como Antonio Adán o el central Germán Pezzella, para definir el estado de ánimo de una plantilla que, sin embargo, aún encuentra el consuelo de que miran "hacia abajo y siguen distanciados", según el portero.
El Betis, en decimoquinta posición con 31 puntos, está a nueve de los puestos de descenso que ocupa el Sporting de Gijón, quien cuenta con un partido menos; y en la vuelta que ha dirigido Víctor desde que se hizo cargo del equipo ha sumado cinco victorias, otros tantos empates y diez derrotas, tres de ellas en los últimos partidos.
Cuando la permanencia parecía virtualmente sellada, el Betis, fiel a sus esencias, parece haberse empeñado en complicarse la vida y, por ello y la decepción de su hinchada, tendrá que afrontar sus próximos compromisos con la obligación de enderezar el rumbo y, sobre todo, echar en el zurrón puntos que eviten sustos de última hora.
Las declaraciones voluntaristas de directivos, entrenador y jugadores contrastan con la realidad incontrovertible de un equipo feble, de moral frágil y mecanismos defensivos poco fiables que provocan que, a las primeras de cambio, se venga abajo y acumule derrotas tan dolorosas como las de Las Palmas o la de Granada, también por 4-1.
Desde que le ganó al Osasuna en casa el pasado 18 de marzo (2-0), los verdiblancos han sido incapaces de dar una satisfacción a su leal hinchada y, por el contrario, han dado muestras de debilidad en partidos como el que se dejó remontar sobre la bocina ante el Espanyol (2-1), el perdido en casa ante el Villarreal (0-1) y el derrumbe de anoche en el 'Gran Canaria' tras recibir el primer gol.
Pese a que el lugar común copa las intervenciones del técnico y de algunos jugadores, ya anoche hubo análisis que lo trascendieron como las de Antonio Adán -"La gente está quemada" y "el Betis merece mucho más"-, Joaquín Sánchez -"hay que apretar el culo y estar más unidos que nunca" o Pezzella -"hay muchas cosas que mejorar"-.
Tras el partido ante los de Quique Setién, el Real Betis tiene ante sí esta semana el compromiso ante el Éibar en el Benito Villamarín y ante una afición fiel como pocas que, sin embargo, ya se pronunció tras la derrota ante el Villarreal frente al palco, el banquillo y los despachos en los que se gestó la planificación.
El escrutinio del Villamarín será, con toda seguridad, severo ante un equipo urgido de puntos y un plantel y cuerpo técnico que hace tiempo que parecen interpretar el mismo papel que Bill Murray en la película 'Atrapado en el tiempo', la que acuñó el término del 'Día de la marmota' para aludir a lo mismo, con lo mismo, por los mismos.
Y es que, como afirmó anoche Antonio Adán tras el varapalo canario: "tenemos que aguantar todo lo que nos caiga porque es merecido" o "es complicado pedir unidad cuando estamos así".
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