El aparcamiento subterráneo de Pozos Dulces no estará listo para la fecha prevista. Es decir, para el verano de 2018. Los catorce meses prometidos en los que las obras estarían acabadas, los plazos no se cumplirán por más que se pretenda, a tenor de los inconvenientes y problemas que se está encontrando y los obstáculos que se han acumulado desde su proyecto inicial.
Los peores presagios se cumplen, y ya no es una simple habladuría de los ciudadanos que preguntan del por qué la obra está paralizada desde hace ya semanas o cuándo acabarán éstas. Ya es oficial, la propia empresa, Gyocivil, es la que va a solicitar una prórroga para ampliar el plazo previsto de algo más de un año en la terminación del parking.
Las diatribas encontradas por ésta con el Ayuntamiento en el inicio de las obras, como la licencia que otorga la posibilidad de instalar los suministros y desvío de canalizaciones, ha servido para hacer ver, después de cuatro meses desde que se iniciaran las obras, que éstas no llegarán a completarse en el tiempo establecido, por lo que la imagen de eterna remodelación en la explanada de entrada a la ciudad se implanta y eterniza.
Los mil inconvenientes surgidos tras el proyecto en su construcción siguen a pies juntillas la falta de sintonía de los que se aferraron abiertamente a la construcción, que con el apercibimiento judicial vía demanda, no ha servido sino para prorrogar y acumular problemas a un destino tortuoso en una infraestructura de mejora y dignificación del entorno.
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