La presidenta de la Junta, Susana Díaz, aprovechó su visita al hospital de alta resolución de Utrera para, obviando la ola de mareas ciudadanas que se han movilizado en prácticamente todas las provincias en protesta por los recortes y la situación de nuestra sanidad, repetir el discurso sobre las bondades de la “joya de la corona” del sistema público y del alto grado de satisfacción de sus usuarios.
Sin embargo, de forma paralela el Sindicato de Enfermería de Sevilla (Satse) llevaba dos días denunciando el colapso en el área de Observación de Urgencias del hospital Virgen del Rocío, el más importante de la comunidad autónoma, una realidad que deja en evidencia el autocomplaciente mensaje que se transmite desde el Gobierno andaluz y que ya ha perdido la credibilidad.
Según los datos del Satse, la saturación en Observación de Urgencias es crónica, ya que en el primer trimestre del año en curso se ha registrado una ocupación media de cuarenta pacientes, con picos de hasta medio centenar, cuando sólo hay capacidad para veintinueve y dotación de cinco enfermeros y cinco auxiliares.
Se ha dado el caso de un solo profesional atendiendo a ocho pacientes. La infradotación de medios y de personal sanitario provoca las típicas estampas de zonas colapsadas y de esperas que se antojan interminables, pero para la Junta la realidad nunca puede estropearle su discurso oficial: sin novedad en Urgencias.
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