La junta directiva de Toshiba dio hoy luz verde a los planes de su unidad nuclear en Estados Unidos, Westinghouse Electric, para declararse en bancarrota en este país con vistas a limitar el impacto de sus graves problemas financieros.
La cúpula del conglomerado nipón ha aprobado esta medida que permitirá a su filial acogerse a la protección de la normativa estadounidense, según adelantaron hoy los medios nipones, aunque que la empresa con sede en Tokio aún no ha realizado ningún anuncio oficial al respecto.
Tras conocerse esta información avanzada por el diario Nikkei y la agencia nacional Kyodo, las acciones de Toshiba Corporation llegaron a subir un 2 por ciento tras la pausa de media sesión en la Bolsa de Tokio, y revirtieron así su tendencia bajista con la que comenzaron la jornada.
Una vez que Westinghouse Electric solicite acogerse al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras estadounidense, podrá iniciar el procedimiento para reorganizar su deuda, lo que a su vez limitará la parte de este saldo negativo que la matriz nipona se verá obligada a incluir en sus cuentas.
Las cuantiosas pérdidas que acarrea Westinghouse Electric debido a la devaluación de su negocio en EE.UU. han obligado a Toshiba a iniciar un proceso de reestructuración que podría incluir la escisión y venta de su unidad de memorias flash, una de sus unidades más rentables.
Debido a estos problemas financieros, Toshiba ha retrasado también hasta el 11 de abril la presentación de sus resultados del período de octubre a diciembre de 2016, en el que estima que su rama nuclear registrará pérdidas de 712.000 millones de yenes (5.820 millones de euros/ 6.204 millones de dólares).
La inminente declaración en quiebra de Westinghouse Electric no impedirá que los resultados generales de Toshiba -que posee el 87 por ciento de las participaciones en la empresa estadounidense- caigan en el rojo durante el ejercicio fiscal en curso, según consideran los analistas nipones.
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