El órdago en forma de pataleta con el que la Junta de Andalucía trata de lanzar el Impuesto de Sucesiones al tejado del Gobierno central le reportó este miércoles una chaparrón de críticas desde la bancada de la oposición. El temporal arreció con fuerza del lado de Partido Popular, Podemos e IU y con más tibieza en la orilla de Ciudadanos, abanderado de la causa de la desaparición del gravamen pero también aliado del Ejecutivo en momentos clave. El grupo integrado por las tres primeras formaciones coincidió en atizar sin disimulo a Susana Díaz con una crítica unánime: el intento de la Junta de “devolver” el impuesto a la Administración central desnuda el hecho “insólito” de renunciar a una de sus competencias en materia fiscal, además de una “traición” a la vocación de autogobierno por la que se batalló el 28 de Febrero y que se plasmó luego en el Estatuto.
“Es la primera vez en la historia de la democracia que una comunidad autónoma o su presidenta quieren renunciar a una competencia”, denunció este miércoles incrédula Carmen Crespo, portavoz parlamentaria del PP. El primer grupo de la oposición acusa a la jefa del Ejecutivo andaluz de “lavarse las manos” y de tratar de disimular con el reto a Mariano Rajoy su “incompetencia”. También se pregunta si “cada vez que tenga un problema por su incapacidad de gestión” va a sacudirse la gestión para dejarla en manos ajenas.
El aluvión de críticas fue también alimentado por los partidos de izquierda. Podemos lamenta que Díaz, “acorralada por sus propios errores”, caiga en la tentación de “traicionar” el Estatuto de Autonomía y alerta de que “la sola idea de renunciar a la gestión dice mucho sobre la incapacidad de este Gobierno y sobre la ineficacia de sus políticas”. Desde Izquierda Unida, su coordinador Antonio Maíllo reconocía su “sorpresa” por el hecho de que “lo único que se le ocurra” a la Junta en un momento en el que la armonización fiscal está sometida a debate sea devolver el gravamen. “Eso contraviene lo más elemental del autogobierno de la comunidad”, enfatizó.
El golpe más suave llega del lado de Ciudadanos. El líder de la formación en Andalucía, Juan Marín, reconoce que no esperaba que el Consejo de Gobierno sacase el martes de la chistera la propuesta pero ratifica que la comparte. La suscribe porque el Gobierno central no ha hecho sus deberes y en el fondo fomenta la competencia desleal en materia fiscal entre comunidades. Esa coincidencia, no obstante, no le impide recordar al Ejecutivo de Díaz que tiene instrumentos a su alcance para suavizar los efectos del Impuesto de Sucesiones. Armonizarlo hasta los niveles de otras comunidades tendría según C’s un efecto negativo en las arcas autonómicas de 180 millones, algo que “puede permitirse” habida cuenta de que la recaudación tributaria de la Junta creció en más de 700 millones durante 2016.
Oídos sordos
El PSOE niega la mayor: devolver el impuesto y ser compensado a cambio por el Estado no implica a su juicio restar competencias porque, alega, en realidad es estatal y sólo está cedido a las comunidades. La misma Susana Díaz reeditaba en un acto público en Castilleja de la Cuesta la ya famosa frase del martes de su portavoz, Miguel Ángel Vázquez. “Que se quede Rajoy con el impuesto y nos dé la financiación necesaria”, zanjó tajante.
La polémica amenaza con recrudecerse. El PP distribuyó un escrito con casos que asegura son reales y que demostrarían lo injusto del impuesto tras acudir al propio simulador de la Junta. En apenas una hora era ya viral.
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