Notas de un lector

La fiesta de las estaciones

Vanesa Pérez-Sauquillo (Madrid, 1978) suma un libro más a su nómina de títulos infantiles y juveniles

“A veces da la impresión/ de que el año se repite./ Estación tras estación/ salen del mismo escondite/ los meses y las semanas.../ Pero los niños lo saben:/ hoy no es igual que mañana,/las estaciones son fiestas/ ¡y hay que vivirlas con ganas!”.
Con estos versos jocosos y esperanzados, se abre “La fiesta de la estaciones” (Beascoa. Madrid, 2016), de Vanesa Pérez-Sauquillo (Madrid, 1978), quien suma un libro más a su nómina de títulos infantiles y juveniles (“El hada de la Pimienta y otros poemas”, “Pepete y la Chata. Aventuras de cada día”, “Cuentos con beso para las buenas noches”…)

     En esta ocasión, la autora madrileña ha vertebrado un bello álbum en el que se aúnan los cuentos, los poemas y los juegos, y cuyo conjunto dedica a todos los niños “que saben que cada día es único”.
Dividido en cuatro apartados, “La fiesta de la primavera”, “La fiesta del verano”, “La fiesta del otoño” y “La fiesta del invierno”, más una sorpresiva coda, “La quinta estación”, el lector irá sumergiéndose en el universo lúdico y festivo que Vanesa Pérez-Sauqillo ha ideado.

     Así, en su primerasección, y bajo el epígrafe de las “Flores son amores”, la boca de dragón, el tulipán, la amapola…, se tornarán protagonistas junto con “La margarita”: “Las margaritas son sabias./ Saben tanto del amor/ que te dicen que te quieren/ convirtiéndose en un sol”. A su vez, fechas tan señaladas como “El Día del Libro”, o escenarios tan típicos como “La Feria de abril”, se unirán a un simpático protagonista: “Viva el Conejo de Pascua!/ ¡Conejo de disparate!/ Conejo que pone huevos/ y, además, de chocolate!”.

     Metidos de lleno en el estío, tropezaremos con el girasol, con la noche de san Juan y dos de su inquietantes personajes, “El Marqués de Picapiés y el Conde Todoloesconde”; además, bajo el epígrafe “¡Mira, miradora! ¡Busca, buscador!”, emergerá en cada capítulo el emocionante reto de descubrir, p.ej.,: “Un avión con cuernos,/ un televisor,/ un rey, dos cuadernos/ y un explorador./ Un mono en la Luna,/ un billete roto,/ un bebé en su cuna/ y un melón en moto”.

     De la mano del otoño, descubriremos la atractiva aventura de “El niño del zoo” y “La enfermera de hojas”, la inevitable “Fiesta de las Brujas” de Halloween, y los frutos propios de esta época: “Písalas sin los zapatos,/ bébete el zumo después./ Es la magia de las uvas:/ ¡que el zumo no sabe a pies!.
   
     Con el invierno, llegarán la nieve, los paisajes blancos, la Navidad, la carta a los Reyes Magos y unos amigos especiales y mágicos: “En la casa de mi abuela,/ también con pipa y txapela,/ aparece un carbonero/ que se llama el Olentzero./ Lleva pañuelo y un palo/ y en un saco: ¡mi regalo!”.

     Las bellas y propicias ilustraciones de Fermín Solís, ponen el exacto y perfecto contrapunto a este volumen tan propicio para que grandes y pequeños pasenmuy gratos momentos a cualquier hora y en cualquier estación.

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