Tenía el aviso de que debía desalojar la casa donde vivía alquilada por no pagar la renta. Hace un mes alertó al equipo de Gobierno de que el día 4 de febrero tenía que abandonar la casa. En ese momento, esta mujer, que afirmaba estar todo el día asustada y muerta de miedo al no saber que iba a ocurrir con su vida, hizo caso a las palabras recibidas desde la delegación de Servicios Sociales: espera a que llegue el día y entonces pondremos en marcha el protocolo antidesahucios.
La falta de recursos económicos entre las familias y la escasez de presupuesto en el área de Servicios Sociales, como han aceptado desde el propio equipo de Gobierno, se repite en más de un caso en la ciudad.
En esta ocasión, esta mujer, madre de dos hijos y que vive también con un nieto, se encuentra desempleada desde hace unos meses y a pesar de estar considerada judicialmente como una víctima de violencia de género, tan sólo está recibiendo un 67 por ciento de la ayuda a las víctimas malos tratos. Cabe recordar que el Ayuntamiento aprobaba el pasado mes de julio una moción, con el apoyo de los tres grupos de la oposición, donde se acordaba incrementar las ayudas a este colectivo a un 90 por ciento para el alquiler de la vivienda.
Después de dejar sus llaves al propietario de la vivienda que tenía arrendada el pasado sábado, pidió ayuda a un hermano para que la alojara estos días. Un alojamiento que tendrá que abandonar como máximo el jueves que vuelve uno de los hijos de su hermano. Según el relato de esta mujer, “la semana pasada desde la Fundación de la Mujer la remitieron a Procasa, donde una asistente social la iba a ayudar a buscar vivienda.
Pero después de estar allí dos horas y media esperando, nos dijeron que no nos podían ayudar, que nos buscáramos nosotros la casa”. Y todo el problema está en que “no tiene avalista, ni nómina, ni apenas ayuda para conseguir que alguna inmobiliaria le alquile una casa donde poder vivir con dignidad”.
Tranquila que hay tiempo
Tres meses lleva esta mujer informando al equipo de Gobierno de la situación en la que se encontraba, después d no poder abonar la renta que le pedían por su vivienda al quedarse en paro. Desde el Gobierno local, la concejala de la Mujer, Ana Camelo, le dijo en varias ocasiones que “tranquila que hay tiempo”.
En el mes de enero se reunía con los concejales del Gobierno local, tras solicitar la reunión, con el resto de sus compañeras y “a partir de ese momento no me han dado solución ninguna. En cuestión de días me veo en la calle”.
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