Su nombre de pila es su nombre artístico y significa “que da vida, que alimenta” y realmente, en el caso de esta cantante jienense, se cumple. Con la música ha dado vida a su sueño y ha alimentado su hambre de soul, jazz y blues y la de un público que le es fiel desde que comenzara a cantar, y ya van más de dos décadas.
Alma Mesa (Jaén, 1980), la voz de ‘Costa del Soul’, descubrió que sus cuerdas vocales la harían cantante desde bien pequeña. En su colegio, no había fiesta en la que no actuara y cuando salía de clase grababa cuñas de radio, convirtiéndose en la voz que cantaba en la mayoría de anuncios de finales de los ochenta. “Nunca olvidaré esa etapa”, reconoce.
Siempre ha luchado por la música y su oportunidad le llegó con la orquesta ‘Zócalo’. Desde los 16 años se recorrió España y se enamoró de lo que hacía y de Alberto Pérez, que se incorporó como guitarrista. Junto al reconocido músico, ahora su marido, decidió crear ‘Costa del Soul’ en el 2000, un equipo de cinco músicos en el que Alma Mesa suma una de las voces con más personalidad de Jaén. “Iba a conciertos al club de jazz Chubby Cheek y un día improvisé. Su propietario me dijo por qué no montáis un grupo y yo le dije que si nos daba la oportunidad de tocar, lo crearía”, recuerda.
Y así fue. “Me encanta trabajar con mi marido. No hace falta ni mirarnos para entendernos ”, dice.
Hacen versiones “no porque sea más fácil, sino porque es una forma de creación”. Hacen suyos temas de Aretha Franklin o Eric Clapton, entre otros, personalizados con una voz ruda y que engancha. Fue un tema de B. B. King el que la subió a un escenario de Nueva Orleans, mientras estaba de viaje de novios. Se presentó a los músicos que tocaban como una ‘blues woman’ de Jaén y la dejaron cantar. Los músicos de la cuna del blues quedaron rendidos a sus pies, y a los de Alberto Pérez, que tomó prestada una guitarra y la acompañó. “Fue increíble”, dice al recordar una de sus actuaciones inolvidables.
El mundo de la música la ha tratado “bien, mal y regular” porque “no triunfa el que vale, sino que se busca una canción para explotar, dejando apartados el jazz, el blues y el soul, que suenan poco”.
Tras mucho esfuerzo, puede decir que no les va mal con ‘Costa del Soul’, donde todos son grandes músicos, con un caché al que no renuncian. De ahí que agradezcan que los empresarios inviertan por un Jaén más musical, aunque ellos se mueven por Andalucía, especialmente por Málaga.
Ya tiene preparados para grabar los temas del nuevo repertorio y otros de su puño y letra, que reserva. “El público tiene unas expectativas muy altas en nosotros y componer temas propios es una gran responsabilidad”, reconoce. Dentro de la formación, están preparando una dedicada a hacer sólo blues y entrar en los circuitos de este género musical.
Ella no para, pero afirma que “de la música no se puede vivir en Jaén de forma exclusiva”. Está inmersa en la Ensemble Vocal de la Jaén Jazzy y también hace coros con Los Ambolias, a los que acompaña en conciertos en los que lo pasa “muy bien” y disfruta, explica.
Alma es la misma en el escenario que abajo. La música es su vía de escape. “Doy gracias por poder desahogarme cantando. El público me dice que parece que me conoce de siempre y eso es muy bonito”, dice. Son detalles que le dan seguridad y que la han convertido en una artista muy querida.
La música la ha hecho “más sociable y segura”.
Siempre ha dicho lo que piensa. Habla claro y alto y esto le ha hecho ‘pelearse’ con muchos.
Reconoce que en Jaén, una capital con grandes artistas, la tendencia es “quejarse por todo” y pide a los músicos más unión y complicidad con la cultura en general en una ciudad que “ha evolucionado”. A este respecto, dice: “Hemos conseguido que haya música en Jaén, no nos quejemos, hagamos críticas constructivas”.
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