Nadie duda de que la Federación Vecinal Objetivos Comunes (OCO) está en su derecho de defender que las lumbres de San Antón se celebren en la noche del 16 al 17, día del santo, como ha venido haciéndose tradicionalmente desde hace siglos. Sin embargo, la decisión, consensuada con otros colectivos y asociaciones vecinales y cuya propuesta partió de una plataforma ciudadana, de trasladar tanto las hogueras como la carrera al sábado más cercano, sobre todo teniendo en cuenta que unas y otras son competencia municipal, no debiera tensar tanto la cuerda hasta el punto de que 20 asociaciones de OCO se nieguen a hacer las lumbres el 14, sábado, en lugar del 16, lunes; como tampoco es conveniente que se produzca una duplicidad. Que los vecinos de barrios tan significativos como La Alcantarilla, Santa Isabel o El Arrabalejo, por citar a algunos, se queden sin lumbre este año, no provocará más que un éxodo de la mayoría de ellos, que en muchas ocasiones no se sienten representados por sus asociaciones o ni siquiera las conocen, hacia otras lumbres de la ciudad, y quizá, a la larga, buscarán por otra vía organizarlas sin la asociación y mantener la tradición, sea el 16 o el sábado más cercano, como ocurre con Santa Catalina cuando no es festivo.
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