Una semana después de conocerse que los hospitales que gestiona José Manuel Pascual parecen haber encontrado un acuerdo para que el servicio sanitario se pueda seguir recibiendo en los distintos centros hospitalarios, en El Puerto, el silencio cómplice del Ayuntamiento ha mostrado una imagen cuanto menos preocupante.
Mientras cientos de portuenses acudían a la llamada para entonar que Santa María del Puerto no se cierra, nadie del Gobierno se personaba para mostrar, no solo su solidaridad con los trabajadores y enfermos, sino una posición parcial y silenciosa cuanto menos incomprensible e inquietante ante su población.
Alinearse ante el poder de la Junta de Andalucía y hacer el mutis por el foro no ha sido ni entendido ni comprendido por el que esperaba una respuesta contundente y una muestra convincente.
La omisión no ha gustado ni a portuenses ni a colectivos, que han visto como su máxima autoridad prefería estar en su despacho o acudiendo a los actos de Alberti en vez de defender a pie de calle las demandas más sociales.
De la Encina vuelve a ausentarse de los temas importantes de la ciudad. En el asunto de la subasta de los terrenos de La Puntilla, igualmente, se ha mantenido en un segundo plano y desmarcándose de todas las voces críticas que salieron al paso. Hasta que desde Cádiz, como en el hospital, desde Sevilla, le marcaron el camino y las palabras al dictado. El cambio no llega.
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