El presidente electo de Estados Unidos, el republicano Donald Trump, prometió hoy que el muro que planea construir en la frontera con México tendrá puertas "grandes" y "bonitas" para que puedan ingresar los inmigrantes de forma legal.
"Vamos a construir un muro genial, y vamos a terminar con la inmigración ilegal. Vamos a tener puertas grandes y bonitas en el muro, pero (los inmigrantes) van a entrar legalmente", dijo el presidente electo durante un mitin de su "gira de agradecimiento".
Trump regresó así a Grand Rapids (Michigan), escenario de su último mitin de campaña durante la madrugada del 8 de noviembre, horas antes de la apertura de los colegios electorales.
El magnate inmobiliario construyó su triunfo electoral gracias a victorias en los estados del Medio Oeste como Wisconsin, Ohio o Michigan, estado en el que superó a su rival, la demócrata Hillary Clinton, por poco más de 10.000 votos y donde se libra una batalla legal por el recuento.
En Michigan, Trump repitió el guión de sus otros mítines de la "gira de agradecimiento". Agradeció a los votantes su confianza, prometió el fin de las deslocalizaciones, una bajada de impuestos, el muro en la frontera, mano dura contra el yihadismo con unas Fuerzas Armadas dignas y desafió a los ya habituales alborotadores.
"Creemos en la paz mediante la fuerza. Sin embargo, nos libraremos del Estado Islámico. El Estado Islámico debe terminar", dijo el presidente electo, quien también prometió hacer todo lo que esté en sus manos "para mantener a los terroristas islamistas fuera del país".
El magnate inmobiliario, además, agradeció en un polémico comentario el apoyo de la comunidad afroamericana -que según los sondeos votó en masa por Clinton- por la vía del abstencionismo, que creció el pasado día 8 en comparación con comicios anteriores.
"La comunidad afroamericana fue genial con nosotros. Y francamente, si tenían alguna duda, no votaron, y eso fue prácticamente igual de bueno. Mucha gente no fue a votar porque yo les gustaba", apuntó Trump.
Antes de su mitin en Michigan, Trump estuvo en Luisiana para apoyar al candidato republicano al Senado, John Kennedy, que este sábado se batirá en una segunda vuelta con el demócrata Foster Campbell. La probable victoria de Kennedy ampliaría el margen de Trump en el Senado a 52 a 48.
Del mismo modo que en Michigan Trump prometió el renacimiento de la industria automovilística, en Luisiana, uno de los estados del país que producen más petróleo y gas, hizo lo propio con la industria de los hidrocarburos.
"Los olvidados ya no están olvidados. Vamos a defender todos los empleos estadounidenses", dijo Trump, que asumirá el poder el próximo 20 de enero.
"Ustedes están en el negocio de la energía, más que ningún otro estado. Vamos a ver refinerías y oleoductos y muchas cosas más. Vamos a cancelar las regulaciones que acaban con los empleos (en la industria de los hidrocarburos)", prometió el presidente electo.
Trump también se impuso en estados como Luisiana, Texas y Oklahoma, tradicionales productores de hidrocarburos que han visto con escepticismo la transición a energías limpias impulsada por el actual presidente, Barack Obama, para combatir el cambio climático.
Estos mítines llegaron el día en el que el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani, un estrecho colaborador de Trump durante la campaña y destacado miembro de su equipo de transición, anunció que seguirá en el sector privado, por lo que descarta sumarse al futuro gabinete.
Guiliani figuraba en las listas que manejaban los medios de comunicación como posible candidato a ocupar la Secretaría de Estado.
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