Los restos mortales de Fidel Castro llegaron en la noche del jueves a la ciudad de Camagüey, a casi 600 kilómetros de La Habana, la segunda parada del cortejo fúnebre que transporta las cenizas del expresidente cubano a su última morada en la ciudad de Santiago.
La llegada, tras recorrer en 12 horas los alrededor de 250 kilómetros que separan Camagüey de Santa Clara, se produjo en medio de una lluvia fina pero constante ante la que no arredraron las miles de personas que permanecieron en los arcenes de la Carretera Central para presenciar el paso de la comitiva.
La llovizna tampoco impidió que se celebrase una vigilia en Camagüey que tenía previsto prolongarse hasta altas horas de la madrugada del viernes.
Tras llegar a Camagüey, la urna con las cenizas de Fidel, fallecido el 25 de noviembre a los 90 años, fue depositada en el Salón Jimauyu de la Plaza Ignacio Agramonte, donde permanecerá toda la noche custodiada por una guardia de honor.
La comitiva tiene previsto reiniciar su viaje a las 07.00 hora local (12.00 GMT) del viernes hacia Bayamo, donde hará noche antes de entrar en Santiago de Cuba el sábado.
La jornada de este jueves se inició temprano en Santa Clara, localidad en la que reposan los restos del "Che" Guevara, cuando la caravana con las cenizas de Fidel inició la segunda jornada de su viaje al oriente de Cuba.
Allí, en el cementerio de Santa Ifigenia de Santiago, Fidel Castro será enterrado el domingo tras completar el viaje de La Habana a la ciudad oriental, el camino inverso al que realizó del 2 al 8 de enero de 1959 la llamada "Caravana de la Libertad" y con la que se completó el triunfo de la Revolución cubana.
Como ha ocurrido desde que la comitiva fúnebre salió de la capital cubana el 29 de noviembre, decenas de miles de personas se agolparon hoy en los arcenes de la Carretera Central, por la que viaja la caravana, y en las localidades del camino para presenciar el paso de las cenizas del comandante.
En Santa Clara, decenas de miles de personas se alinearon desde la madrugada para participar en la despedida, entre ellos veteranos que participaron en la Revolución y que sirvieron en la columna guerrillera de Fidel Castro.
Pablo Chacón Betancón, uno de los veteranos que hace 57 años viajó en la Caravana de la Libertad con Castro, declaró a Efe en Santa Clara que tuvo "el honor" de servir en la columna del expresidente "en todas las acciones y en todos los años que después del primero de enero han transcurrido".
"Como era el hombre más grande que para nosotros existió en esta tierra, lo quisimos y lo querremos hasta el último segundo de la vida. Y lucharemos por hacer patente todo su legado de revolución hasta que cerremos los ojos", añadió con el llanto patente en su voz.
Tras pasar por Santa Clara, la comitiva atravesó localidades como Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Florida antes de llegar a Camagüey.
En las proximidades de Ciego de Ávila, entre campos de caña de azúcar, miles de personas llegadas del municipio de La Sierpe, a unos 30 kilómetros al este de Sanctis Spiritus, esperaban la llegada de la caravana.
Yail Caperna, una de las vecinas de Las Sierpes, declaró a Efe que la comunidad había acudido en masa "para despedir las cenizas de nuestro comandante en jefe".
"Nos levantamos a las 3.30 de la mañana y es un orgullo estar aquí", dijo.
El transporte de las comunidades cercanas a la Carretera Central para que asistan al paso de la comitiva fúnebre ha sido cuidadosamente planificado por las autoridades locales.
Hombres, mujeres y niños, todos en sus uniformes escolares, son transportados en camiones y autobuses a primeras hora de cada día y muchos de ellos permanecen hasta doce horas en la cuneta de la carretera para ver pasar durante unos segundos el cortejo fúnebre con las cenizas de Fidel.
A pesar de la extenuante jornada, nadie parece arrepentirse de hacerlo. "Yo soy de la generación de los 80 y fue el padre de nosotros. Todo se lo debemos a él", concluyó Caperna.
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