“En cualquier momento podía estallar”. Así se ha referido el alcalde de Arcos, Isidoro Gambín, a la orden dada de la Junta de Andalucía para que el Ayuntamiento elabore durante tres meses un nuevo plan de ajuste, con lo cual tendrá que seguir profundizando necesariamente en la política de contención del gasto que viene marcando el primer año y medio de gestión de los socialistas. De hecho, el alcalde asegura que la Junta ya sabía la situación económica del Ayuntamiento, cuya deuda global se sitúa en 64 millones de euros, pero también afirma que su política de contención ha abierto el camino a “la coherencia económica”. A pesar de que los recortes se hagan necesarios, el alcalde incide en que no tocará su política social, es decir, los contratos que se vienen efectuando desde la Delegación de Servicios Sociales para ayudar a las familias más desprotegidas.
Aunque por ahora el equipo de Gobierno no ha confirmado a qué partidas tocaría en caso de aplicar una contención del gasto aún mayor, todo apunta a determinados cursos de formación que quedarían en suspenso, aunque a largo plazo la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) jugaría un papel decisivo para situar la plantilla municipal en los términos que el Ayuntamiento necesita realmente para su funcionamiento y en base a sus posibilidades económicas, como a avanzaba hace unas semanas la delegada municipal de Hacienda y Personal, María José González Peña. Ahora, como paso importante para la restauración económica en el Ayuntamiento, el equipo de Gobierno pretende aprobar a principios de año un presupuesto “real”, según Isidoro Gambín, que atribuye al carácter “ficticio” de presupuestos anteriores que el Ayuntamiento sufra una complicadísima situación financiera.
Pese al oscuro panorama económico, Gambín cree que 2017 será un año menos duro que el que está a punto de terminar.
A este respecto, el regidor considera que Arcos tiene posibilidades de recuperar ayudas de las administraciones.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es