Luis Miguel Morales | Dando las gracias, querido Quique, comienzo este artículo. Sí, hay que hay ser muy agradecido. Ante todo educado y agradeciendo todo lo bueno que desde la capital del Reino nos dan y nos ofrecen y para que los andaluces podamos vivir y así podamos contar con las bondades de este Estado de Bienestar que gracias a Dios podemos disfrutar todos los días.
Allí, España les roba, aquí, ironías, nos cura y nos enseña. Dos en uno. Suerte que tiene uno de haber nacido aquí. Y doy las gracias a la señora Cristina Cifuentes. Miles. Y es que ahora sabemos que los madrileños, dice ella, nos están pagando 3.000 millones de euros para la sanidad y la educación.
Gracias infinitas. Que de pastillas y libros, digo yo, vamos sobrados.
Las bondades llegan desde Castilla, como siempre nos recuerdan los castellanos de pro de lo bueno que son con los de abajo. La sanidad, amigo, me pone malo. Me explico.
Si vergüenza da el chantaje que nos está haciendo nuevamente el señor Pascual y sus propuestas para seguir haciendo negocio a costa de ésta, qué decirte de que llevemos 15 años esperando para ver realidad un ambulatorio, un simple ambulatorio. Ahora dicen que lo meten (otra vez) en el presupuesto. Gracias nuevamente.
Por si faltara ya poco, ahora es Madrid, el PP y su presidenta, el que con su guerra al PSOE y a la Junta, el que nos vuelve a meter en guerras ajenas.
Que no se enteran. Que mientras nos venden humo de una sanidad perfecta, -Canal Sur nos lo vende a kilos diariamente- yo sigo viendo colas y protestas ante el tercermundista servicio que recibimos. De hospitales abarrotados y de ambulatorios colapsados empezamos a estar cansados y mosqueados.
Que digo yo, que para los 3.000 millones de euros que los madrileños dicen darnos y que para la perfecta sanidad que desde San Telmo nos dice brindar, sería un insulto acudir a un hospital o un centro médico a pedir una cita y no encontrar un servicio acorde, mínimo o digno.
O una aberración ponerla en entredicho por todo lo bueno y grandioso que nos dicen dar unos y otros. Que Andalucía lidere el recorte sanitario o que el tiempo de espera se convierta en eterno, es la prueba perfecta que o sobran mentiras o falta dinero.
Y me da, compañero Quique, que de uno y de otro nos falta a espuertas. No es normal ni mucho menos decente tener lo que tenemos. Ni unos servicios que pagamos a precio de oro ni unos gobernantes que se ríen y se cachondean a dos bocas. Me niego a pensar que sea lo que nos merecemos, no lo creo.
Así que dando las gracias por todo lo bueno que son con los de aquí abajo, me despido. Pero ponte en lo peor, que todavía nos podemos poner malos y nos encontremos a unos y a otros recordándonos lo publicado.
Gracias.
Quique Pedregal | Y mira que me gustaba a mí la señora Cristina Cifuentes. Me recordaba a esas señoras estupendas que tienen valor para enfrentarse a un parlamento, y a los que los votan, sin perder un ápice de sus principios.
Pero, Luismi, resulta que se le escapa eso de que los andaluces vivimos de los madrileños. Hombre, está muy, muy resumido, pero es lo que se puede sacar en conclusión de sus declaraciones siendo simplistas.
Vamos por partes: flojos hay en todas partes, pero quizás aquí sepamos llevar nuestra desgracia de otra manera. Es lo que tiene el sol y el calor, que nos reblandecemos y queremos vivir la vida.
Está claro que no se puede estar metido en casa en agosto a las diez de la noche pero, señora Cifuentes, a primerísimas horas de la mañana –que no están ni las calles puestas- muchísimos andaluces, los que tenemos el privilegio de tener un trabajo, ya estamos dando el callo… aunque nos hayamos acostado a las tantas.
Otro ejemplo: en mi comunidad de vecinos hay gente que no paga, bien porque no puede o porque no quiere. Sin embargo, la limpieza de las zonas comunes se hace todos los días, y los porterillos automáticos se arreglan cuando se estropean. Ojo, y eso que hay vecinos que pagan más porque la cuota proporcional por metro cuadrado así lo estipula.
Lo mismo pasa con lo que Cifuentes no ha sabido o no ha querido explicar. España es una gran comunidad de vecinos, y hay vecinos que pagan más y vecinos que pagan menos. De esos pagos se benefician más unos que otros, es de lógica, pero no se pasa por delante de la casa de uno que paga menos y no se limpia, sino que se limpia todo.
¿Qué se pagan más impuestos en Madrid? Pues claro, si una empresa determinada de servicios tiene su central en Madrid y tributa en esa comunidad, es normal que genere más ingresos en esa comunidad. Pero la luz o el teléfono que me cobra esa empresa lo consumo, lo pago, yo aquí.
En fin, Luismi, que se ha metido en un berenjenal… Ya verás cómo los miembros andaluces de su partido no van a protestar demasiado por la metedura de pata. Luismi, lo que yo te diga.
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