Tenía que ser en San Fernando y en el marco incomparable de la Venta de Vargas. Celebrar el Día Internacional de Flamenco poniendo sobre una maniquí, loncha a loncha, un vestido diseñado por Verónica de la Vega no ha sido tarea fácil y ha necesitado de cuatro jamones y muchas horas de trabajo.
Pero ayer al mediodía, después del homenaje a Curro Malena al que se le entregó el Premio Leyenda del Flamenco, se desveló una de las obras de arte más apetitosas.
Con la participación desinteresada de los cortadores jamoneros Antonio González, Juan Bautista, Tino Laynez, Cristo Muñoz y Merchante, el diseño de Verónica de la Vega, de color rojo veteado carne de jamón y blanco de tocino fue una hermosa realidad.
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