Es fruto del trabajo de los científicos del Grupo de Investigación en Ingeniería Biomédica de la Universidad de Sevilla. Se trata de un pequeño dispositivo que se coloca en la espalda del usuario.
El sistema, conectado a una aplicación móvil, detecta por sí mismo las caídas de quien lo porta, y, de forma automática, avisa a los servicios de atención.
En primera instancia, está pensado para dar respuesta a los accidentes de personas mayores en el hogar y su coste en el mercado, una vez se comercialice, no superaría los 20 euros de coste.
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