El atentado se produjo a primera hora de la tarde en el ala oeste del santuario dedicado al fundador de la Revolución Islámica, situado en el sur de Teherán, según explicó el oficial de Policía Husein Sajedinia a la agencia oficial de noticias Mehr.
La televisión estatal en lengua inglesa PressTV indicó, por su parte, que el atentado era obra de un hombre que hizo estallar una carga explosiva en uno de los principales lugares de peregrinación chií en Teherán.
El atentado coincidió con un nuevo intento de movilización por parte de la oposición –que fue reprimido con dureza por las Fuerzas de Seguridad– y con una nueva demanda de su líder, Mir Husein Musaví, de que se repitan las elecciones presidenciales.
Testigos presenciales informaron a Efe de que algunos miles de personas trataron de marchar a lo largo de la calle en Enguelab y la plaza de Azadi, pese a las advertencias del líder supremo de la Revolución, el ayatolá Ali Jameneí.
FIN DE LAS CONCENTRACIONES
La máxima autoridad de Irán exigió el viernes a los líderes de la oposición que pusieran fin de forma inmediata a las concentraciones o serían los responsables directos de un “baño de sangre”.
Los principales representantes reformistas pidieron esta misma mañana a sus seguidores que no se reunieran en el centro de Teherán, tomado por cientos de antidisturbios y milicianos islámicos Basij, afines al régimen.
Ni la Asociación de Clérigos Combatientes, a la que pertenece el ex presidente iraní Mohamad Jatamí y que había pedido autorización para la marcha, ni el líder opositor Mir Husein Musaví respaldaron ayer esta concentración.
Aún así, varios grupos de personas desafiaron las órdenes y se reunieron en diversos puntos de la zona.
Los testigos explicaron que frente a la Universidad de Teherán efectivos antidisturbios emplearon gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los manifestantes.
“Ha habido muchas personas arrestadas. A muchas se les han quitado los teléfonos móviles que utilizaban para grabar”, explicó uno de esos testigos.
En la calle Karegar, en el sur de la ciudad, la Policía lanzó varios disparos al aire para disgregar a la multitud, señaló otro testigo de la concentración a la que tenía prohibido asistir la prensa internacional.
Mientras la situación en las calles se tensa, el proceso jurídico parece avanzar.
MUSAVÍ INSISTE EN QUE SE REPITAN LOS COMICIOS
El líder de la oposición iraní, Mir Husein Musaví, reiteró en la jornada de ayer su petición para que se repitan las elecciones presidenciales celebradas el pasado 12 de junio, porque las considera fraudulentas.
En una carta remitida al Consejo de Guardianes –que debe validar los resultados– y publicada en su página web, el ex primer ministro afirma que “considerando todas las violaciones habidas, los comicios deben ser anulados”.
Según Musaví, todas la irregularidades habrían sido planeadas con meses de antelación, y existirían pruebas suficientes para que se anularan los resultados y se repitan las elecciones, ganadas, según los datos del Ministerio de Interior, por el actual presidente, Mahmud Ahmadineyad El Consejo de Guardianes anunció ayer que recontará, al azar, el diez por ciento de las urnas utilizadas durante los polémicos comicios, y que espera tener un veredicto definitivo para el próximo miércoles.
“Aunque el Consejo de Guardianes no está obligado legalmente, estamos dispuestos a recontar el 10% de las urnas al azar en presencia de representantes de los tres candidatos derrotados”, dijo el portavoz del Consejo, Abas Ali Kadkhodaei, a quien cita la televisión estatal.
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