Eutopía

Solamente caminando

Emigrar, duele… pero cuando te escuchan y acogen, sucede lo que escribió la poeta: "Sé que avanzo y que no estoy sola, que camino día y noche acompañada..."

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Emigrar puede ser una experiencia agridulce. Puede ser un espejismo minado de ilusiones y expectativas, que pronto comenzará a padecer el enfrentamiento con una amalgama de prejuicios, privaciones materiales y exclusión. El duelo por lo dejado atrás (país de origen, familia, tradiciones socioculturales…) puede convertirse en el compañero indeseable, en un trayecto dragado de obstáculos, donde la “nada” llega a convertirse en lo “propio”. Seres humanos que deambulan, “sin papeles”, extirpados para los demás, de identidad y de los derechos inherentes para el resto de la ciudadanía. Donde hubo rostros rebosantes de utopías y proyectos, ahora se tornan entristecidos, contaminados de miradas ausentes. Donde hubo brazos dispuestos, reinan ahora en el destierro manos vacías que reflejan la diferencia abismal entre las potencias mundiales y los pueblos “crucificados”. Quizás unos versos de Marta Bujó puedan perfilar este laberinto de emociones en el que se encuentran inmersas las personas en una situación de inmigración: “Hay en el acto de dejar atrás un poco de salir al encuentro. Hay oculto en cada adiós un silencio bienvenido. […] Y lo sé porque otros que vivieron me lo contaron, porque otros que sufrieron primero crecieron después desde el dolor”… Respetar, comprender, acoger… son las acciones apremiantes ante este fenómeno social que nos sigue interpelando. Ponerse en su lugar es cuestionarse nuestro mapa ideológico, nuestro estilo de vida, nuestro ‘consumo luego existo’. Dar respuestas, aparte de ser una responsabilidad de los poderes públicos, es un compromiso que señala a todas las instituciones privadas con ánimo de lucro e indiscutiblemente al Tercer Sector. El tejido asociativo, fundacional y las organizaciones no gubernamentales se han transformado en la válvula de escape de esta realidad compleja, donde las problemáticas y necesidades multicausales pueden encontrar soluciones, recursos o alternativas… Intrínsecamente tienen como finalidad ofrecer, por un lado, una respuesta a las demandas y carencias que padece la población inmigrante, y por otro, promover actuaciones de información, orientación, sensibilización, concienciación, desarrollo e integración. En ellas juega un papel indispensable la educación e intervención intercultural y la creación de redes de cooperación para el desarrollo de los pueblos. Igualmente pueden ofertar servicios de atención inmediata, asistencia jurídica, atención sanitaria y educativa, bolsa de empleo, orientación sociolaboral y formación, búsqueda de vivienda, aprendizaje del español, etc.  Emigrar, duele… pero cuando te escuchan y acogen, sucede lo que escribió la poeta: “Sé que avanzo y que no estoy sola, que camino día y noche acompañada por muchos otros. Otros que dejaron su marca en el sendero y que encontraron solamente caminando, el sentido verdadero del camino recorrido”. Empatizar es una señal óptima de nuestras habilidades y capacidades personales. Comprender y actuar, apoyando a quienes necesitan una oportunidad para “sobrevivir”, es el termómetro de nuestro Humanismo. 

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