Lo que queda del día

Sospechosos habituales

Ni la alcaldesa va a dimitir, ni el PSOE va a pedir su cabeza; en todo caso, éste le pedirá explicaciones por su errática gestión en el caso del ERE

El pasado miércoles, el Ayuntamiento de Jerez anunció la instalación en la ciudad, el próximo mes de marzo, de una fábrica de zapatos promovida por una multinacional italiana del sector del calzado que iba a invertir nueve millones de euros y pretendía crear un centenar de puestos de trabajo en la ciudad. No hubo más datos, salvo las correspondientes valoraciones oficiales al respecto. Ni nombre de la empresa, ni terrenos en los que pretende instalar su fábrica, ni dirección a la que los interesados puedan remitir su currículum. Al día siguiente comenzaron a sucederse las llamadas a nuestra redacción; en su mayoría, personas en paro que deseaban conocer esos detalles hurtados de la información principal, como si se tratara del anticipo de una campaña promocional.     

Siempre se ha dicho que todo gobierno ha de hacer de su necesidad virtud, pero no de su desesperación. En este sentido, demos por seguro que en marzo estemos contemplando las imágenes de la inauguración de la fábrica, que haya un centenar de jerezanos con un nuevo empleo y que hayamos espantado el fantasma de un nuevo zahav, pero, de momento, lo que tenemos es a un gobierno privado de buenas noticias -los fondos Edusi han sido la excepción a la regla- que, en su empeño por compartirlas, con todas las reservas que les haya exigido la firma inversora, lo que ha podido provocar es cierto estado de frustración: por los precedentes, porque nadie se cree ya nada, o porque, para desesperados, los que llevan tanto tiempo en el paro que ni recuerdan cuándo fue la última vez que cobraron la prestación o los llamaron para un empleo.

Entiendo que gestionar un Ayuntamiento no sólo implica una elevadísima responsabilidad, sino que entraña dificultades de todo tipo y en todo momento, pero tampoco creo que llegue al exceso de tener que exigirte entre cortar un cable rojo o uno azul, como si se tratara de desactivar una bomba antes de que el reloj llegue a cero. Y tanto en el caso del ERE, como en el precipitado anuncio de la fábrica de calzado, da esa sensación, cuando todo debería obeceder a un plan más determinado, sin dar cabida a tantos sospechosos habituales, y en cuya ronda de reconocimiento ya empiezan a infiltrarse figuras del partido.

La experiencia dicta que si el Gobierno optó por realizar “el gran anuncio del día” este miércoles, no fue porque obedecía a una estrategia, sino a un interés por acaparar la atención o desviarla del asunto que estaba copando las portadas desde hacía varias jornadas, y del que estaba a punto de producirse: el pronunciamiento del partido sobre la gestión de su grupo municipal en el caso del ERE. El PSOE, por cierto, ha reaccionado con lógica consecuente a favor de la decisión de la alcaldesa, pero eso no ha evitado los argumentos conspiranoides, los desaires en falso, las martingalas de turno y un provocado enrarecimiento de la situación que obedece más a temores personales que a un pretendido intento por moverle la silla a alguien.

De hecho, los únicos que han manifestado su pretensión de mover una silla son Ganemos Jerez e Izquierda Unida, aunque se trate de política ficción: reclamar la dimisión de la alcaldesa no irá más allá del gesto; los “abanicos de posibilidades” que se abrirían a partir de ese momento tienen su razón de ser, pero de momento sólo dan para un relato corto.

Ni la alcaldesa va a dimitir, ni el PSOE va a pedir su cabeza; en todo caso, éste le pedirá explicaciones por su errática gestión de un asunto en el que ambos habían depositado tanto empeño y del que resulta inconcebible que nadie de la ejecutiva estuviera al tanto, ni de los informes, ni de las reuniones, ni de la decisión final, como si el grupo municipal fuese por libre. En realidad, no sé cuál de los dos tiene más culpa ante semejante despropósito; incluso puede que los dos, pero como la duda no ha prescrito, la propia alcaldesa acentuaba esta semana en su Facebook: “Mientras otros conspiran, nosotros trabajamos”. Del mensaje encriptado me quedo con lo segundo, y que Jerez vea los frutos.

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