Arcos

Por sevillanas

“Nuestros políticos están dando sobradas muestras de que no saben bailar por sevillanas. Las sevillanas es un baile sensual, erótico -¿qué baile no es erótico?"

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Tenemos la Feria a la vuelta del calendario y no estaría mal prepararnos para bailar sevillanas, ese baile tan nuestro, tan bello cuando se ejecuta en condiciones. No soy yo muy bailarín, pero he caído en la cuenta de que las sevillanas tienen cuatro piezas. Es más, hay una sevillana que en su letra habla de esos cuatro tramos bailables. ¿Quién no recuerda aquello de “mírala cara a cara que es la primera…”?

¿Y qué? dirán ustedes. Pues nada, contesto yo, que si no lo remedia nadie puede que las elecciones generales de este tramo de nuestra historia sean conocidas como las elecciones por sevillanas. Ya hemos bailado la primera, las de diciembre del quince. Miramos cara a cara a las urnas, vimos con qué gracia se zapateaban los políticos, votamos y no hubo nada. Las segundas, las de junio de este año, cogimos por el talle a Rajoy, Sánchez, Iglesias y Rivera, pero hasta la presente se nos escapan de las manos y se van cada uno a una esquina de la caseta de Feria, porque tienen muchas líneas rojas en sus trajes cortos. Dios no lo quiera, pero puede que esta Navidad tengamos que bailar/votar la tercera, “mírala con qué gracia se zapatea”. Y si el zapateo encima de las costillas del pueblo español en general no termina, incluso podíamos asistir a las cuartas allá para el verano próximo, a “los lances definitivos” de la sevillana.

Espero equivocarme, por supuesto. Quiero lo mejor para nuestro país y me parece que llegar a la cuarta sevillana, perdón, a la cuarta elección, sería un desastre. Seríamos, si es que no lo somos ya, el cachondeo de Europa. Pero también somos los más castizos, los que mejor bailamos, así que no debe descartarse nada.

Nuestros políticos están dando sobradas muestras de que no saben bailar por sevillanas. Las sevillanas es un baile sensual, erótico -¿qué baile no es erótico?-, donde se seduce, se rehúye, se provoca y se repliega el cuerpo, para acabar al final enlazados por el talle. ¿Por qué no aprenden nuestros políticos de este baile tan nuestro? ¿Por qué Susana Díaz, tan folclórica, no invita a los cuatro cabezas de cartel a bailar por sevillanas en cualquier caseta de nuestra Feria de Arcos? Ya verían ustedes como bailando por sevillanas lográbamos que se arrimaran unos a otros, que se dejasen de líneas rojas y de intereses partidistas. Pero no veo yo a Susana Díaz por la labor. Más bien la veo empeñada en cargarse a Pedro Sánchez.

A lo que iba: mírala cara a cara que es la tercera. A menos, claro, de que estos políticos, que son los peores desde la instauración de la Democracia, echen cabeza de una vez por todas.

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