Testigos del cambio de una Málaga imparable que bate récord de turistas, la Asociación Cultural Zegrí lleva catorce años difundiendo su amor por la ciudad. Que se dice pronto. Cuando arrancaron, aquello de la cultura “era poco menos que una utopía”, recuerda el presidente del colectivo, Salvador Jiménez. Hoy la ciudad se vende en portadas de The New York Times como el nuevo destino cultural al sur de España. Picasso y la apertura del museo marcaron un antes y un después. Pero en la actualidad, el entorno del espacio dedicado al genio de la plaza de la Merced desmerece su figura. Es una de las reclamaciones que hace Zegrí, que en unos días celebrará su 14 aniversario. Más atención e inversión para el centro histórico y sus monumentos.
“Entornos como el del Museo Picasso, con la calle Tomás de Cózar, calle Beatas o aledaños tienen que estar más cuidados”, reivindica Jiménez, que lamenta además el estado que presenta un enclave como el de Lagunillas, “un barrio castizo donde los haya necesitado de una rehabilitación urgente”. “Ha llegado el momento de reinvertir en el centro, no solo para los turistas sino para dotarlo de vida porque está prácticamente deshabitado”, insistió. Jiménez pone sobre la mesa la degradación de calle Parra o Gigantes para evidenciar el contraste entre el centro “de postal” y el otro centro.
El colectivo retoma el viernes 30 de septiembre y el sábado 1 de octubre sus visitas guiadas nocturnas por el centro histórico. Una ruta para redescubrir el corazón de Málaga con historias y anécdotas de enclaves por los que transitamos a diario.
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