La siete entidades locales autónomas (ELA) y catorce barriadas rurales del término municipal suman a día de hoy una población conjunta de 21.843 habitantes, un 10,26 por ciento del censo total de una ciudad cada vez más urbana. Ello es consecuencia directa del estancamiento poblacional que está experimentando la zona rural, que no se está beneficiando en las últimas décadas del progresivo crecimiento de la ciudad.
En el periodo comprendido entre 2006 y 2015 Jerez ha pasado de 199.544 a 212.876 habitantes, lo que se traduce en un aumento de la población del 17,22 por ciento. Hace una década, las siete ELA y las catorce barriadas rurales contaban con 22.137 habitantes. De haber mantenido la tendencia general del municipio, hoy deberían rondar los 26.000. La realidad es bien distinta, ya que actualmente la población conjunta de todos estos núcleos es de 21.843 habitantes. Es decir, no sólo no se ha producido ese incremento, sino que se aprecia incluso un descenso del 1,32 por ciento.
El comportamiento entre las ELA y las barriadas rurales es dispar. Mientras en el primer caso se observa un tímido crecimiento en el número total de habitantes, en el segundo la sangría empieza a ser ya acusada en no pocos núcleos.
Las ELA iniciaron el siglo XXI con 14.360 habitantes y ahora suman 15.746, 1.386 más que entonces (+9,65 por ciento). El crecimiento es inferior al que se ha registrado en el conjunto del municipio, pero no deja de ser notable.
El caso de las barriadas rurales es distinto. Sólo tres de los catorce núcleos del término municipal han ganado población en los últimos veinte años. En buena medida, ello se debe a la situación legal en la que se encuentran estas barriadas desde el plano urbanístico, que impide la construcción e incluso rehabilitación de viviendas.
En 1997, las catorce barriadas rurales aportaban un total de 7.416 habitantes al conjunto del municipio, el 4,08 por ciento del total. Ahora, la población global de esos núcleos es de 6.097 personas, un 2,86 por ciento del padrón del término municipal de Jerez. Por el camino se han perdido 1.319 habitantes, un 17,78 por ciento de la población censada en 1997.
En este periodo de tiempo sólo se se han registrado crecimientos poblacionales en las barriadas de Lomopardo, Puente de La Guareña y Torremelgarejo. En el primero de estos núcleos se ha pasado de 227 a 335 habitantes, lo que supone un incremento del 45,57 por ciento. En La Guareña hay actualmente censados 356 habitantes, un 20,67 por ciento más que en 1997; mientras que en Torremelgarejo se ha pasado de 351 a 389 habitantes, un 10,82 por ciento más.
Cuartillos, en cabeza
El resto de barriadas rurales ha perdido población en los últimos veinte años, habiéndose dado casos especialmente llamativos como los de La Ina, que en 1997 tenía 620 habitantes y que ahora va por 412; o Las Tablas, que ha pasado de 402 a 265 vecinos. Llama la atención el hecho de que ambas barriadas han sufrido en los últimos años los efectos de los desbordamientos del río Guadalete.
Sin problemas de inundaciones se mantiene Cuartillos, que es el núcleo rural más poblado, con 946 habitantes, 46 menos de los que contabilizaba en 1997. Para darse cuenta de la envergadura de este núcleo baste referir que su población está cerca de duplicar a la de San Isidro del Guadalete, que es una entidad local autónoma (ELA). y que cuenta en la actualidad con 586 vecinos.
La población de Cuartillos tampoco está lejos de las de otras ELA, como El Torno o Torrecera, con 1.284 y 1.298 habitantes, respectivamente.
Por detrás de Cuartillos se encuentra Gibalbín, uno de los núcleos más alejados de la zona urbana, con 651 habitantes, 22 menos que en 1997.
Muy notable ha sido la pérdida de población registrada en barriadas como Mesas de Asta o El Portal. En el primer caso se ha pasado de 613 a 413 habitantes; mientras que la segunda ha perdido en estos años 177 vecinos, contando actualmente con 520 censados. El Portal es la tercera barriada en número de habitantes, por detrás de Cuartillos y Gibalbín, pero en 1997 era la segunda.
En el extremo opuesto se encuentra Mesas de Santa Rosa, que cuenta con apenas 125 vecinos, habiendo experimentado una pérdida de población del 29,77 por ciento en los últimos veinte años. Además, la expansión geográfica de la ciudad la ha dejado a escasos metros del Parque Empresarial.
Guadalcacín crece un 17,24 por ciento
En su conjunto, las ELA crecen a un ritmo del 9,65 por ciento. Sin embargo, Guadalcacín, que es la más próxima al casco urbano, ha aumentado su población un 17,24% entre los años 2000 y 2015, manteniendo por tanto un ritmo de crecimiento similar al del conjunto del municipio. Guadalcacín es la ELA más poblada, con 5.255 habitantes. Por detrás se encuentra La Barca, con 4.150 vecinos, un 9,75% más que en 2000. A larga distancia estarían Estella del Marqués, con 1.628 habitantes (+4,09%); Nueva Jarilla, con 1.545 (-1,08%); Torrecera, con 1.298 (+11,13%); y El Torno, con 1.284 (+8,99%). San Isidro es la ELA con menor número de habitantes, 586, habiendo experimentado un descenso del 6,24%.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es