Las autoridades niponas elevaron hoy a 21 el número de desaparecidos en el nordeste del archipiélago japonés por el paso del tifón Lionrock, que ha dejado al menos 11 muertos y graves inundaciones por las lluvias torrenciales que arrastró.
La localidad de Iwaizumi, en la prefectura de Iwate, ha sido una de las más damnificadas, donde nueve ancianos fallecieron tras quedar atrapados en la residencia donde residían al desbordarse un río cercano y donde hoy continúan sin ser localizados 18 residentes, informó la agencia japonesa Kyodo.
Otras tres personas están desaparecidas en la isla septentrional de Hokkaido tras ser arrastrados por las crecidas de ríos, entre ellas un joven de 28 años cuyo coche cayó dentro del caudal fluvial al resultar dañado un puente.
Las autoridades locales y el cuerpo de bomberos reanudaron hoy la búsqueda de los desaparecidos, mientras el Gobierno mantiene en 11 la cifra de fallecidos a raíz del fenómeno meteorológico que atravesó el noreste del país entre el lunes y el martes.
El primer ministro Shinzo Abe ha convocado una reunión del Gabinete para la tarde de hoy con el objetivo de lidiar con el desastre, que ha dejado escenas de devastación que recordaron a las del tsunami que arrasó esta zona (el nordeste nipón) en marzo de 2011.
Asimismo, la Agencia Meteorológica de Japón (JMA) informó hoy de la formación de un nuevo tifón, Namtheun, cerca del archipiélago.
El duodécimo tifón de la temporada 2016 en el Pacífico se encuentra al sur de Okinawa, y se desplaza en dirección nordeste arrastrando vientos de hasta 90 kilómetros por hora.
Se espera que la tormenta llegue a la isla sureña de Kyushu entre el sábado y el domingo, y que atraviese después la región sudoeste de la isla principal de Honshu antes de continuar en dirección norte hacia China.
De mantener el rumbo, Namtheun sería el cuarto tifón en golpear el archipiélago japonés en dos semanas.
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