La tragedia ha vuelto a llamar a la puerta de la María Isabel Rodríguez. En 2003 perdió a su hija al sufrir una parada cardiaca tras haber sido operada de amígdalas con solo 7 años en La Línea de la Concepción. Un año más tarde nacía Blanca, lo que supuso un balón de oxígeno para estos padres, inmersos en una depresión.
Pero la tranquilidad duró poco. Desde muy pequeña, con solo algunos meses, "veíamos que cuando salía a la calle cerraba los ojitos, pero el pediatra nos decía que tenía fotofobia", explica María Isabel. Con dos años sus padres eran conscientes de que veía la televisión desde muy cerca, y aproximaba los objetos a su cara para observarlos, por lo que decidieron llevarla a Algeciras, a un oftalmólogo. "Su conclusión fue que la niña tenía manía, así que perdimos un año más".
Ya a los tres años, cuando comenzó el colegio, "nos llamaban para decirnos que Blanca se daba golpes continuamente con las cosas, así que volvimos a otro especialista". Fue entonces cuando, por fin, diagnosticaron a la pequeña. Tenía glaucoma, una grave enfermedad ocular que provoca daño progresivo del nervio óptico y que puede suponer la pérdida total de visión.
Los padres de Blanca acudieron a uno de los mejores centros del país, en Barcelona, la clínica Barraquer. Las noticias fueron desgarradoras. Tenía también cataratas y gravísimos problemas de tensión ocular. "Solo pudieron salvarle el ojo izquierdo en el que en ese momento tenía un 1% de visión". Lograron recuperarle el 10% aunque a día de hoy ha descendido al 5%.
"Blanca sufría, por los problemas de tensión, dolores terribles y nos dijeron que la solución sería ponerle una válvula en el ojo derecho". Así, acudieron al hospital Virgen del Rocío de Sevilla.
18 operaciones, y a por la 19
Desde ese momento la pequeña, a sus 12 años, ha pasado ya por 18 operaciones, pero sobre todo, por mucho sufrimiento. Su familia, incluso, se plantea denunciar a la Seguridad Social, al entender que Blanca pudo haber sido víctima de una presunta negligencia médica, en las intervenciones de extirpación del globo ocular (evisceración) a las que fue sometida, 6 en total. Y es que se complicaron en todos los casos, "llegando a coger una bacteria en quirófano", explica su madre.
"Hemos gastado más de 40.000 euros en operaciones, idas y venidas a Sevilla y Barcelona", indica. Esto cuando durante mucho tiempo su marido estaba en paro y su familia era la única que podía ayudar.
Ahora, y tras todos los graves contratiempos, la familia de Blanca ve como única salida a conservar ese 5% de visión de la niña, una intervención en la clínica privada de Barcelona. Cuesta 3.000 euros, aunque han calculado que necesitarán unos 5.000 para los tres viajes que en un mes deberán realizar en un mes a la ciudad condal para la operación y posteriores curas y tratamiento. "Nos han dicho que es necesaria esta operación para controlar las subidas y bajadas de tensión. Quieren procurar mantener el ojo sano para cuando llegue a España el tratamiento con células madre que ya se realiza en estados Unidos. El miedo es que se parta el nervio óptico, así que no podemos esperar más".
Así, ya tienen fecha para la intervención, será el 4 de octubre. Piden a gritos ayuda y solidaridad para poder sufragar la intervención.
La vida de Blanca
A sus 12 años ha pasado ya por un largo calvario, por las manos de muchos especialistas y por el riesgo de anestesia de las que en ocasiones ha sido muy difícil despertar.
"Mi niña está mal, aunque es muy fuerte... No ha podido ir al colegio, ni a un cumpleaños… siempre con dolores. Lo hemos pasado muy mal. Psicológicamente estamos muy afectados. No le vemos fin a que pueda hacer vida normal", explica María Isabel.
Donativos
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