Más que fastidiar, como les está ocurriendo a muchos chiringuitos de la costa, el mes y medio de levante ha echado un cable a la hostelería jerezana del centro -al menos a las que cuentan con una buena infraestructura en cuanto a salones-, que va a terminar agosto con un repunte en las ventas de un 10% frente al verano pasado. A falta de septiembre, en el dato facilitado por el vocal de Horeca en Jerez, Francisco Díaz, ha incidido positivamente la segunda quincena del presente mes, que ha mejorado todavía más los resultados, lo cual no suele ser lo habitual.
Sin embargo, como precisa el representante de la patronal hostelera, no siempre llueve a gusto de todos, pues desde muchos establecimientos de pocos metros pero con generosas terrazas les hacen llegar las quejas de los clientes “porque no están a gusto en la calle”. Por contra, los que tienen salones en condiciones y climatizados sí que están haciendo su agosto. “La gente no quiere estar en las terrazas con este viento, no es agradable, hay mucho polvo”, señala. Y es que hasta Jerez, por su posición estratégica y su proximidad a las playas, como también está ocurriendo en otros pueblos de la sierra como Arcos están viniendo veraneantes que aprovechan los días de playas perdidos para visitar los atractivos turísticos de la provincia, como en este caso la Real Escuela de Arte Ecuestre, las bodegas jerezanas y otros rincones. Obviamente, todo este público tiene que consumir y lo está haciendo en esta ciudad. Algunos incluso, como les trasladan a los propios camareros, huyen de localidades excesivamente saturadas como El Puerto. Eso sí, la mayoría coincide en lo mismo: si lo pueden evitar y hace viento prefieren sentarse dentro.
Quienes se están aprovechando también de la coyuntura son los cocheros del centro, con más trabajo que nunca, pues están viendo que hay más turistas de la cuenta reclamando sus servicios, tal y como le han hecho llegar de manera informal al representante de Horeca, que tiene claro que el levante ha roto los esquemas para bien y para mal.
¿Cuál es el perfil de estos turistas que visitan la ciudad en estas fechas?Según indican desde la patronal, los visitantes de julio y agosto son preferentemente nacionales, mientras que los extranjeros prefieren venir a Jerez a partir de septiembre u octubre y parte de noviembre, cuando empieza a refrescar y, tienen un poder adquisitivo más alto. “El turismo nacional es más cortito, viene de Madrid, de Sevilla y si bien antes veraneaba un mes ahora lo hace 15 días, o un fin de semana o un puente. En ese perfil hay gente joven que viene con ganas de playa”, precisa. Esto explica que los fines de semana los hostales “estén llenos” o al 90%, mientras que entre semana están al 60%. De hecho, la ocupación hotelera habla por sí sola, y el último balance de Horeca ya apuntan a una ocupación de casi el 89% en la primera quincena de agosto, lo que equivale a tres puntos más que el mismo periodo de 2015. Ya de cara a septiembre, la hostelería se muestra muy optimista con el regreso de los jerezanos de sus vacaciones y el ciclo de las Fiestas de la Vendimia.
Cuidar el centro y mejorar la limpieza, la asignatura pendiente
En Horeca resaltan el trabajo que está haciendo la Oficina de Turismo de Jerez, aunque echan de menos que hubiera más delegaciones de este servicio repartidos por el centro. ¿Se está vendiendo la ciudad de la forma adecuada?Lo tienen claro: siempre se puede sacar más partido al modo de promocionar una ciudad, y este es el caso de Jerez. “Se puede sacar más partido de de la diversidad que podemos ofrecer: desde el Gran Premio de España, el caballo, el flamenco, los monumentos..y crear un circuito para que el turista llegue y se quede”, señala Díaz. Una finalidad para la que también hay muchos aspectos mejorables, como así ponen de manifiesto en la mesa técnica mensual de Horeca, a la que siempre suelen invitar a algún técnico del Ayuntamiento. En estas sesiones someten a diagnóstico el turismo en Jerez y en una de las asignaturas pendientes en las que coinciden es en la limpieza del centro y la recogida de la basura que, en su opinión, se retira demasiado pronto, pues en muchos casos los comensales aún no se han levantado de sus mesas. “Recoger la basura a las doce de la noche da mala impresión porque molesta a los clientes, al igual que rociar las calles tan pronto y que la gente se moje los pues cuando pasean por el centro de vuelta a sus hoteles”, indica.
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