Al menos 35 rebeldes y 17 efectivos de las fuerzas del régimen murieron en las últimas horas en combates en el suroeste de la ciudad de Alepo, escenario de avances y retrocesos militares, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Las facciones opositoras lanzaron ayer una operación para garantizar la seguridad del corredor abierto en la parte meridional de Alepo, logrando avances en algunas posiciones estratégicas como la fábrica de cemento, pero las tropas gubernamentales pudieron finalmente recuperar el control de esos puntos.
La operación de la oposición tiene como objetivo la línea que comunica las periferias del barrio de Yamiyet Al Zahraa, en el oeste de Alepo, y la fábrica de cemento, ubicada en el camino de Al Ramusa, en el suroeste de la urbe.
En caso de que los rebeldes controlen dicha zona, reforzarían su presencia y realizarían "un avance estratégico", según estima la ONG.
La apertura del citado corredor permitió a los rebeldes romper el cerco a los barrios del este bajo su control, y al mismo tiempo cortó a las autoridades su vía de suministros a los distritos occidentales, lo que demuestra la importancia estratégica de la zona.
Los combates causaron también heridas a decenas de miembros de ambos bandos.
Además, se registraron bombardeos de la aviación siria a zonas en manos de los rebeldes y disparo de proyectiles contra los distritos bajo dominio de las autoridades.
La ciudad de Alepo se la disputan las fuerzas de Damasco y los rebeldes desde el verano de 2012, cuando los insurgentes conquistaron amplias áreas de la urbe, la segunda de Siria y una de las más castigadas por el conflicto que se inició en marzo de 2011.
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